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El intrusismo laboral en el sector de las mudanzas, un gigante a derribar

La crisis económica que estalló en nuestro país en el año 2008 trajo consigo grandes consecuencias tanto para la población como para los empresarios, especialmente los del sector de las mudanzas, quienes tuvieron que adaptarse a la nueva situación, pues las ventas de propiedades disminuyeron, el precio de los alquileres subió y, por ende, el número de traslados se redujo de forma significativa. Aquellos que lograron mantenerse a flote pese a las dificultades, durante los últimos años están teniendo que hacer frente a una nueva problemática hasta entonces casi inexistente: el intrusismo.

Los datos estiman que entre los años 2009 y 2013 se redujo la facturación de las empresas de mudanzas entre un 40 y un 45% a nivel nacional, lo que supuso todo un reto para todas ellas. Cada vez son más las personas que deciden ofrecer servicios de mudanzas particulares sin tener ningún tipo de experiencia previa, vehículos especializados, licencias ni herramientas adecuadas para poder desempeñar el trabajo con profesionalidad y seguridad. La gran mayoría de las veces, además, lo hacen a precios muy por debajo del coste real del servicio para que resulten más atractivos para quienes desean hacer una mudanza, convirtiéndose así en verdadera competencia de cara a las compañías especializadas.

El intrusismo laboral en este sector está llegando a tal extremo que la Federación Española de Empresas de Mudanzas, FEDEM, decidió organizar el pasado año un evento en el que se trataron la realidad a la que se enfrentan a día de hoy y la importancia que tiene para los particulares contratar a empresas profesionales que dispongan de las licencias pertinentes, un equipo de profesionales cualificados y los medios técnicos y materiales para realizar servicios de calidad, como elevadores, camiones, grúas, cajas y embalajes apropiados.

Los empresarios, por su parte, deben sortear la competencia desleal mostrando su adaptabilidad y capacidad para gestionar todo tipo de mudanzas con la máxima profesionalidad y competencia. La empresa barcelonesa Mudanzas Jack Pinto es un claro ejemplo de que es posible hacer frente a las adversidades con constancia, versatilidad y un gran conocimiento del sector. El gerente, Jack Pinto, fundó la compañía hace ya más de 40 años, en los que ha sabido crecer junto al sector y adoptar una nueva metodología de trabajo, más sofisticada y enfocada a un público más amplio y completo. Desde entonces y gracias a su rápida adaptabilidad y a su lema “sobrevivir o morir”, se ha hecho con una cartera de clientes fieles a sus servicios pese a la crisis que azotó nuestro país y de las múltiples empresas piratas que han ido apareciendo de manera estrepitosa en el sector. Se trata de una muestra de que, pese a la disminución de traslados y el aumento del intrusismo laboral, se puede subsistir en un mar lleno de peces buscando su lugar si se trabaja con un equipo de profesionales cualificados, una flota de vehículos actualizada y se suma a las nuevas tendencias del sector.

La crisis económica ha tenido efectos muy graves para las compañías de este sector, quienes todavía deben enfrentarse a un gigante que pugna contra ellas: las empresas piratas. El objetivo marcado por todas ellas es recuperar el sitio que les pertenece y reconducir la situación en la mayor brevedad posible, acabando así con las compañías ilegales de mudanzas. La colaboración de los usuarios es, no obstante, fundamental para disminuir el número de empresas ilegales de mudanzas en nuestro país y volver poco a poco a la situación previa a la crisis. Acabar con el intrusismo laboral está en manos de todos, tanto de las empresas de mudanzas como de los usuarios que las contratan, quienes deben derribarlo en conjunto.

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