La Policía Nacional encontró en el coche de la asesina confesa del pequeño Gabriel, Ana Julia Quezada, restos de ansiolíticos. Por lo tanto, el Juzgado de Primera Instrucción número 5 de Almería ha pedido que se investigue si eran para consumo propio o, sin embargo, pudo habérselos dado al niño antes de matarlo, el pasado 27 de febrero en la finca de Rodalquilar.
El juez Rafael Soriano ha pedido que se reúna la información suficiente para determinar quién consumió dichos medicamentos. Además, se ha abierto otra línea de investigación para esclarecer si el niño tomó algún tipo de alimento antes de su muerte. Además, el juzgado está a la espera de recibir la autopsia definitiva con todos los datos, ya que el pasado lunes 12 de marzo solo se dieron los datos más relevantes para que se pudiera enterrar al cuerpo. Según esta, Gabriel murió por sofocación.
Uno de los abogados de la dominicana, Esteban Hernández Thiel, ha confesado que su cliente se encuentra en tratamiento, intentado explicar la presencia de dichos fármacos en el coche. Añade que Ana es “sincera” y que ha colaborado en todo momento.
El cuerpo sin vida del pequeño Gabriel aparecía el pasado 11 de marzo en el maletero de la pareja de su padre, Ana Julia Quezada, semidesnudo y tapado por una manta. Dos días después, el pasado 13 de marzo, la mujer confesaba el crimen, alegando que “de la rabia” de un a hipotética discusión lo mató.