La autopsia ha revelado que Mame Mbaya, el senegalés que murió el pasado jueves en Lavapiés huyendo de la policía, padecía una enfermedad congénita en el corazón. Según los forenses, tenía un corazón que “no correspondía a su edad”. El análisis del cuerpo también ha revelado que no tenía ningún golpe. Sus conocidos han quedado muy sorprendidos con estos resultados, pues no sospechaban que tuviera esta anomalía y señalaban que jugaba asiduamente al fútbol.
El pasado jueves, mientras que huía de la Policía Nacional, ya advirtió a un amigo de que se encontraba mal. A los pocos instantes caía al suelo, echando espumarajos por la boca. La Policía y el Samur le realizaron las maniobras pertinentes para intentar reanimarlo, pero poco pudieron hacer por su vida; a los pocos minutos moría.
Mame no estaba ejerciendo el “top manta” esa tarde, pero sí se encontraba en el grupo de amigos que lo estaban llevando a cabo. La indignación del barrio ante la presencia policial por aquel suceso acabó con decenas de altercados, contenedores en llamas y daños en el mobiliario urbano.
Por ahora nadie ha solicitado el cadáver, pero sus vecinos están lelvando a cabo una colecta para reunir 6 euros y poder repatriar el cadáver. Mame tenía 35 años. era un enamorado del fútbol, llevaba 14 años en España y gran parte del dinero que ganaba con la venta de artículos falsos la destinaba a su familia, que vive en Senegal.