Ana Julia Quezada no puede caracterizarse, precisamente, por acabar de forma amistosa con sus exparejas. Desde que llegó a España, a principios de los 90, tuvo varios novios en Burgos hasta que se trasladó a Las Negras, en Almería. Con 19 años cruzó el Atlántico y conoció a Miguel Ángel, con quien se casó y se fue a vivir. casi inmediatamente Fue con esta pareja cuando sucedió el fatídico suceso de la muerte de su hija, de una relación anterior en República Dominicana, cuando murió tras precipitarse por un balcón. Poco después cortaba la relación y conocía a un carnicero con el que trabajó varios meses.
Sin embargo, uno de los hechos que más llaman la atención fue cuando empezó una relación con un hombre 20 años mayor que ella que murió de cáncer. El hombre fue denunciado por Ana Julia por malos tratos psicológicos, siendo archivada a los pocos días. Él acabó muriendo y la familia, cuando quiso heredar las pertenencias del enfermo, se dio cuenta de que las cuentas corrientes no tenían dinero y las joyas no se encontraban en la casa: Ana Julia había cogido casi todo el dinero y las pertenencias del hombre. Cuando tuvo que dar explicaciones, dijo que parte del dinero lo había invertido en una operación para extirparse un tumor en el pecho. Poco después se descubrió que se había hecho un aumento de pecho. Tras este suceso, conoció al hombre burgalés con quien se fue a vivir a Las Negras tras visitarlo el verano de 2014. Fundaron un bar, Black, que fue cerrado meses después de su apertura por la ruptura sentimental de la pareja. Semanas después, Ana y el padre de Gabriel comenzaban una relación sentimental.
En la actualidad se ha reabierto el caso de la extraña muerte de la niña de cuatro años, hija de la presunta asesina de Gabriel, al caer por una ventana.