El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Por primera vez en la historia de España, las mujeres del país eran convocadas a una huelga general sin precedentes bajo el lema “Si nosotras paramos, se para el mundo”. España se teñía de morado para reivindicar la igualdad entre sexos y resaltar la necesidad de solucionar la desigualdad salarial, el techo de cristal, la infravaloración del sexo femenino y el machismo presentes en nuestros días.
España queda marcada tras un día donde la mujer ha sido la protagonista y la gran ausente a la vez: ausente en sus puestos de trabajos, ya fueran de cara al público o no -con decenas de periodistas ausentes en sus programas habituales- y presentes a la vez en el pensamiento de todos los españoles. Eran ellas, las periodistas españolas, una de las caras visibles de esta huelga general sin precedentes: más de 8 mujeres firmaban un manifiesto en el que se denunciaba el desequilibrio salarial, los despachos dominados por hombres y la codificación de las presentadoras. Presentes estaban también esas mujeres discriminadas, con un trato inferior, algunas incluso siendo asesinadas. Incluso el mundo de la política, como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se dejaban ver con un lazo morado. El presidente decía lo siguiente: “Trabajaremos en defensa de la igualdad real sin regatear ni un solo esfuerzo”.
Las principales vías de las ciudades más grandes de España, como Madrid, Barcelona o Bilbao se llenaban con pancartas, gritos y cánticos a favor de la igualdad. Sin embargo, no solo eran las mujeres quienes alzaban la voz: decenas de miles de hombres apoyaban a sus parejas, sus madres, sus hijas, sus amigas… Para que alcancen las oportunidades y derechos que debían de haber tenido desde un primer momento.
Sindicatos como CCOO y UGT cifraban en 5,9 millones las personas que secundaron los paros parciales de dos horas. Decían que “al paro se han sumado trabajadores de las principales empresas de la industria, los servicios y las administraciones públicas”.
Más de 177 personas acudieron a las manifestaciones vespertinas de las grandes ciudades españolas.
A continuación, la manifestación de la tarde del 8-M de Madrid:
