El Gobierno declaraba que el Valle de los Caídos le cuesta a los españoles 1,8 millones de euros al año, ante el senador de Compromís Carles Mulet, que apostaba por la exhumación de los cuerpos y demoler el conjunto arquitectónico. Mulet ponía sobre la mesa las reformas que se han llevado a cabo en el monumento durante los últimos cinco años, en el que se invirtió 1,8 millones en reparar la protección del perímetro, restauras esculturas o la portada del monumento, trabajar sobre las humedades…
De esos casi dos millones de euros que se gastan en el monumento, un millón irían destinados para los trabajadores, 350 serían bienes y servicios; 430 para subvencionar a una abadía y unos cien mil euros para diversas inversiones, según datos del 2016.
El monumento, levantado durante la dictadura de Franco para exaltar la valentía de los fallecidos afines al Generalísimo durante la Guerra Civil (1936-1939), es visitado por 254 personas al año, un número que va en ascenso. El monumento, considerado Patrimonio Nacional, otorga al Estado una injerencia de dos millones de euros cada año.