Si es propietario de una mascota, para empezar no le gustará esa denominación. Los que optan por incluir a un animal en la familia, en el hogar, odian los términos propietarios o amos de perros, gatos, tortugas, canarios…Esas personas tenían claro que convivían con seres vivos que llegaban a formar parte de la vida familiar y doméstica. Aunque no siempre es así. Al darse ciertas circunstancias en esos hogares, como un divorcio, los animales eran tratados como parte de los bienes muebles o directamente abandonados.
Con esta proposición de ley, debatida el martes y aprobada el pasado miércoles, el PP, partido en el gobierno, modificaría tres normativas actuales que afectan a los animales para trasformar a éstos legalmente de objetos en seres vivos, en “sintientes”, que es el término correcto para hacerles sujetos de derecho. La propuesta iba a ser votada por mayoría, sin duda. Con el contexto social tan sensibilizado (a nivel mundial) por la cuestión de los derechos de los animales, la ley no iba a tener contestación posible de los partidos de la oposición.
De esta manera, el PP y el gobierno, consiguen un éxito a final de año en un Parlamento donde no habían logrado ningún consenso total o un acuerdo notable a destacar. Puede parecer una ley menor, sin importancia en la turbulenta situación política actual, pero resulta de gran efecto social y era más necesaria de lo que parecía. Por de pronto, equipara, por fin, la legislación española con la europea en esta materia.
[Sumario]
Según el PSOE, principal partido de la oposición, el 40% de hogares posee un animal de compañía y se gasta una media de 1.200 euros al año en mantenerlo. Así que la medida legislativa que reforma lo establecido hasta ahora en el Código Civil, la Ley Hipotecaria y Ley de Enjuiciamiento Civil, en materia de animales domésticos, será más que bien acogida por toda la sociedad española.
Entre lo más llamativo está que los animales de compañía serán tratados como parte de la familia en casos de divorcios. Será un juez quien determine la custodia compartida o quien en exclusiva, si es el caso, de la pareja seguiría conviviendo con el animal. Vamos, como un hijo.