Pere Aragonés ha tomado posesión este lunes como 132è presidente de la Generalitat de Cataluña. Y lo ha hecho en un acto sobrio, moderno y lleno de simbolismos. De hecho, nada más llegar, Aragonés, acompañado de su familia, ha dejado un clavel rojo ante el adoquín Stolpersteine que en la plaza de Sant Jaume de Barcelona rinde homenaje al presidente Lluís Companys, el último presidente republicano elegido por el Parlamento y fusilado por franquismo.
"Asumo esta responsabilidad teniendo muy presente el peso de la historia; teniendo muy presente las generaciones que nos han precedido, pero, sobre todo, asumo esta responsabilidad con la voluntad de proyectar el país hacia el futuro", aseguró Aragonés en su primer discurso como presidente. Y hacerlo en una "nueva etapa" en clave republicana a la Generalitat, que debe servir para impulsar un país próspero, justo, verde, feminista y plenamente libre. Se trata, ha resuelto Aragonés, "de un compromiso inequívoco de hacer más fácil, amable y feliz la vida de todos y cada uno de los ciudadanos de Cataluña; personalmente, lo daré todo para hacerlo posible", afirmó.
Justo antes de tomar posesión del cargo, Aragonés ha conversado brevemente con trabajadores esenciales que el último año ha estado en la primera línea contra el virus de la Covid en-19 para agradecerles la tarea. Y en este sentido, de hecho, ha alentado el país "a levantar de nuevo la cabeza, y abre una nueva etapa con toda la urgencia, sin dilación".
"Necesitamos desbrozar el camino, siendo conscientes de que, quien abre paso suele ser quien más se ensucia, pero toca arremangarse sin miedo de sufrir un rasguño, es la hora de deslomarse cada día como nadie, para superar los baches que dificultan el camino y recuperar, de nuevo, la anchura que permite avanzar a todo el mundo ", arengó Aragonés, con la mirada puesta en hacer progresar los derechos derechos sociales y reforzar el estado del bienestar. "Un progreso que todos y todas sabemos que debe desembocar en una república: la República catalana", ha resuelto desde el Patio de los Naranjos del Palau de la Generalitat.
Aunque el acto era con aforo limitado, Aragonés ha podido recibir el apoyo de la plana mayor de ERC y del presidente del partido, Oriol Junqueras, que, como Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, ha pedido un permiso especial para salir de la prisión de Lledoners.
“La investidura de Aragonès es una mala noticia para Cataluña”. Así lo ha dicho el portavoz de Ciudadanos en el Parlament de Cataluña, Martín Blanco, después de que el viernes saliese elegido Pere Aragonès como nuevo presidente de la Generalitat. Una presidente que, según ha explicado, “dice que su obsesión es proclamar la república catalana y separar a Cataluña del resto de España”.
Blanco considera que “Cataluña necesita pasar página de estos años de procés, de la confrontación que propone el separatismo, dejar atrás de un vez por todas la pérdida de oportunidades económicas, la pérdida de prestigio en el resto de España, la fuga de empresas por la inseguridad y la inestabilidad jurídica y política del separatismo”.