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Illa mide la sombra de su gestión al frente de Sanidad

El candidato del PSC a la Generalitat, Salvador Illa, en el cierre de campaña electoral de cara al 14-F | PSC

Salvador Illa mide este 14 de febrero sus fuerzas políticas. El famoso “efecto Illa” del que tanto se habló cuando a finales de año el PSC anunció que el por entonces ministro de Sanidad encabezaría la lista de los socialistas catalanes determinará este domingo hasta qué punto es realidad y qué parte fue ficción. Es cierto que Illa ha adquirido mucha popularidad en apenas un año gracias a su talante, a su capacidad de diálogo y a su interés por el consenso, pero podría no ser suficiente. 

Aquellos que le conocen aseguran que Illa va dejando huella allí por donde pasa. Ocurrió en La Roca del Vallés, municipio del que fue alcalde entre 1999 y 2005. También ocurrió al frente del Ministerio de Sanidad, cargo que, si bien en un primer momento aceptó por se una cartera vacía de competencias para poder cumplir con su verdadera misión, al menos la que pretendía el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez: mantener un hilo directo de contacto entre el Ejecutivo y el independentismo catalán. Illa participó en la mesa de negociación entre el PSOE y ERC para negociar el apoyo de los independentistas a la investidura del secretario general del PSOE en enero de 2020. 

Ahora es el turno del Illa candidato. Siempre como “número dos” de Miquel Iceta en el PSC, ha mantenido un perfil discreto, acorde a su propia personalidad. No obstante, el candidato socialista ha mostrado un perfil más combativo y tajante al que tenía acostumbrada a la opinión pública. Se ha mostrado seguro de que ganará las elecciones y que no habrá “más independencia ni más procés” porque formará un gobierno con los comunes, emulando la fórmula de gobernabilidad a nivel nacional. Además, ha acusado al independentismo de llevarse mucho dinero de las arcas públicas con sueldos ”desorbitados” como el del propio presidente de la Generalitat. Por ello, Illa aseguró que rebajaría un 30% el salario anual del líder del Govern. 

El candidato se ha mostrado muy seguro en todos los debates que ha mantenido hasta el momento. Sin embargo, el pasado martes, Illa “patinó”: renunció a hacerse una prueba PCR o de antígenos de detección del coronavirus en el debate electoral de TV3. El líder de los socialistas catalanes se ha mostrado combativo aunque pausado en cuanto al debate electoral. Los argumentos del candidato son sólidos aunque monolíticos: atacar al procés y mejorar la situación económica de Cataluña. Sin embargo, algunas medidas se quedan algo cortas.

El Gobierno se ha volcado en apoyar a su candidato. Carmen Calvo, Nadia Calviño, Teresa Ribera… Son solo algunos de los ministros que han tratado con Illa materias que afrontaría si fuera president. Es cierto que cuenta con una gran popularidad, pero no se sabe hasta qué punto la abstención marcará el rumbo de la política catalana a partir de esta misma noche. El PSC podría tener un resultado muy similar al de ERC Y JxCAT, lo que dificultaría la gobernabilidad del bloque constitucionalista. Solo las urnas determinarán que ocurren. Que comiencen a introducirse votos en ellas. 

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