El Observatorio Social de la Fundación ‘La Caixa’ ha presentado un barómetro sobre la situación actual del mercado laboral para los jóvenes con datos relativos a la exclusión social y del mercado laboral. ‘Paro juvenil y pobreza: ¿un problema estructural?’ titula el estudio de 2015 que firman nombres como Begoña Cueto, Almudena Moreno o Michael Marmot sobre el futuro estado de bienestar en juego.
A partir de una serie de indicadores muestra, en todos los rangos de edad, que España se encuentra con un poder adquisitivo respecto al PIB por debajo de la media europea, en torno a 100. “Desde el año 2010, el PIB por habitante en Estándar de Poder Adquisitivo se encuentra con un valor de 90 en el año 2015”, expone el dossier. Se traduce en el riesgo de exclusión social de los habitantes, un 28,6% del total de la población en el caso de nuestro país.
El dato más impactante que expone el dossier es relativo a la tasa de desempleo juvenil, un 48,3% de los jóvenes menores de 25 años. Casi la mitad de los jóvenes españoles estaban en paro en 2015, muy por encima de la media del grupo de los veintiocho miembros europeos: 20,3%.
¿REALIDAD O SENTIMIENTO?
Así, el observatorio cuenta que el 79% de los jóvenes entre 19 y 30 años siente que han sido excluidos de la vida económica y social a raíz de la crisis. El dato -inevitablemente doloroso-, son los relativos a la realidad y no al sentimiento de la generación del futuro, ya que la tasa de exclusión social ha pasado de 16 a 33 en los menores de 30 años desde 2007 hasta 2013.
[Sumario]
Por partes, destaca la exclusión del empleo que es de un 52,5%; de la vivienda un 36,9%; de la salud 22,6%; política un 18,3%; del consumo el 11% del total; y en educación un 8,7%. Estos datos se traducen en un aislamiento social de las generaciones venideras que el observatorio sitúa en un 0,8% de los jóvenes de España.
VIVIR CON LOS PADRES
Por otro lado, indica que la situación de dependencia del núcleo familiar ha cambiado sustancialmente con respecto a diez años antes. En 2005, cuando el 44% de los jóvenes que vivían con sus padres estudiaba, frente a casi el 60% en 2015. En 2005, el 40% de ellos trabajaba, más del doble que diez años más tarde, un 17%.
Lo cual no quiere decir que se independicen porque tengan trabajo, sino que están estudiando: el porcentaje de desempleados ha subido y los que disponían de trabajo a tiempo completo a descendido. La media de edad según este estudio para independizarse se situaría en los hombres en 30,1 años, a los 28 en el caso de las mujeres.
CAMBIOS MIGRATORIOS
“Parte del cambio poblacional producido en los últimos diez años ha respondido a movimientos migratorios”, expone. La conocida fuga de cerebros en contraposición a cambios naturales, es decir, nacimientos y fallecimientos. Además de un porcentaje de abandono temprano de la educación y la formación, el 20%, lejos del objetivo prioritario de la Estrategia Europa 2020 que se situaría en el 10%.
En definitiva, se desprende que el paro juvenil tras la crisis económica ha doblado al desempleo general. Del total del barómetro del Observatorio Social ‘La Caixa’ además se observa que pocos carecen de estudios medios, acentuando los que disponen de estudios primarios o universitarios.