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Balance estadístico de la violencia machista en España

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El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género publica el informe estadístico que analiza los crímenes machistas ocurridos en España entre enero de 2003, fecha en la que empezaron a contabilizarse las mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas y el 20 de abril de 2019, día en que fue asesinada la víctima número mil. En 38 de los casos, un total de 44 personas cercanas a las víctimas fueron asesinadas al mismo tiempo; 23 de ellas menores.

El informe se ha elaborado a partir de los datos objetivos contenidos en los expedientes judiciales y ha proporcionado una visión global de los mil asesinatos a partir de indicadores como edad de víctima y agresor; relación entre ambos; existencia de hijos e hijas; nacionalidad o lugar en el que se cometió el feminicidio, entre otros.

La Presidenta del Observatorio, Ángeles Carmona, señala que este análisis estadístico "permite conocer la forma más cruenta de la violencia machista, y a partir de ahí, mejorar los protocolos y herramientas dirigidos a la protección de las víctimas".

Entre enero de 2003 y abril de 2019, el promedio anual de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas ha sido de 61,3. El año más trágico ha sido 2008, con 76 víctimas mortales, y el año con menos crímenes machistas fue 2016, con 49 casos.

Tasa de muertes

La tasa media de muertes indica que hubo 3,1 víctimas mortales al año por cada millón de mujeres mayores de 15 años. La tasa promedio aumenta de nuevo en la primera mitad del periodo hasta llegar a 3,6 y disminuye en la segunda mitad hasta 2,7. Este índice es diferente según el área geográfica: en las zonas costeras se sitúa en 4,4 mujeres, mientras que en las de interior es de 2,5.

La edad media de las víctimas mortales de la violencia machista fue de 42,2 años. 538 de las mil mujeres asesinadas tenían entre 26 y 45 años; 128 mujeres eran menores de 25 años; 141 mujeres tenían entre 46 y 55 años; 74 mujeres tenían entre 56 y 65 años y 119 mujeres eran mayores de 65 años.

Entre las víctimas de nacionalidad española, el promedio de edad fue de 45,6 años, lo que supone casi diez años más que el de las extranjeras, que fue de 35,9 años. 655 mujeres eran españolas. El análisis por zonas geográficas muestra que la mayor parte de las 345 víctimas extranjeras eran originarias de América Latina (46,1%); seguidas por las procedentes de Europa (35,7%), África (14,8%) y Asia (3,5%).

Menores huérfanos

El estudio confirma que la maternidad es una de las circunstancias que aumentan el riesgo para las víctimas. Tres de cada cuatro mujeres, el 75,2%, eran madres y en la mitad de los casos (49%), los hijos eran menores de edad. Las mil mujeres asesinadas dejaron huérfanos a 765 menores, de los que 499 eran hijos o hijas del agresor, y los 266 restantes, fruto de relaciones anteriores o posteriores de la víctima.

La convivencia con el agresor es otro de los factores que aumentan el riesgo para la vida de las víctimas: el 60,5% de las mil mujeres asesinadas mantenía la convivencia con su agresor en el momento en el que ocurrieron los hechos, un porcentaje que aumenta hasta el 65% en la segunda mitad del periodo. En 100 casos, la convivencia continuaba pese a la existencia de denuncia previa y en 29, pese a estar activa alguna medida de protección para la víctima.

El 60,6% de los asesinatos fueron cometidos por la pareja con la que la víctima mantenía una relación cuando ocurrieron los hechos; en el 27,8% de los crímenes, el autor fue la expareja y en el 11,6% de los casos, el crímen se produjo durante una crisis o cuando la relación se encontraba en una situación transitoria.

Denuncia previa

261 de las mil mujeres había denunciado a su agresor. El porcentaje de casos con denuncia previa oscila entre el 15,8% de 2005 y el 34,5% de 2014. Las víctimas que denunciaron tenían una edad media de 38,9 años, algo inferior al promedio del conjunto de las víctimas, 42,2 años. El 32,8% de las mujeres que presentaron denuncia tenían entre 36 y 45 años; el 28,8% tenían entre 26 y 35 años; el 27,7% tenían entre 46 y 55 años y el 25% tenían entre 16 y 25 años. El porcentaje de denunciantes mayores de 55 años desciende hasta el 17,6% en el tramo de edad comprendido entre 56 y 65 años y al 9,2%, en el caso de las mayores de 65 años.

En 124 de los mil casos analizados, hay constancia de la existencia de una medida de alejamiento en vigor en el momento del crimen. En el 58% de los casos, el agresor vulneró el alejamiento accediendo al domicilio de la víctima; en el 21,8% de los casos, fue en un espacio público.

El domicilio como lugar del crimen

El lugar en el que con mayor frecuencia se producen los asesinatos es el domicilio. El 75% de las muertes ocurrieron en el interior de un domicilio, tratándose de la vivienda compartida entre víctima y agresor en el 70% de los casos. El 7% de los crímenes se cometieron en la vía pública; el 5% en un paraje o un lugar abvierto; 4% en un vehículo; 3% en el trabajo; 3% en zonas exteriores del domicilio y 3% en otros lugares.

El uso de arma blanca ha sido el método empleado para cometer el crimen en la mitad de los casos, seguido por los golpes (16%); la asfixia o estrangulamiento (15%); el uso de arma de fuego (13%); y el fuego (2%). En un 4% de los casos, el crimen se cometió por otros métodos.

El mayor número de los crímenes se concentraron en los meses de julio y enero, con 98 y 94 casos respectivamente; abril con 72 muertes, fue el mes en el que menos feminicidios se produjeron. El peor día de la semana fue el domingo, con 172 casos.

Perfil del agresor

Se trata de un hombre con una edad media de 46,3 años y nacionalidad española en el 66,4% de los casos. En un 46,4% de los casos, el agresor fue detenido y en un 21,2% de las ocasiones, se entregó o se suicidó. El 82% de las detenciones tuvieron lugar tras la huida del agresor.

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