El pasado lunes, Oriol Mijtà, médico especialista en enfermedades infecciosas del hospital Germans Trias i Pujols, publicó un tuit que recibió alrededor de 18.300 retuits y 24.300 “me gusta”. En este, afirmaba que el comité de emergencia español debería dimitir porque, según él, “el país está en la UCI y el médico que lo ha tratado ha cometido demasiados errores. Mejor cambiar de médico mientras todavía estamos a tiempo”.
La respuesta que generó el tuit demuestra la indignación que siente la ciudadanía ante la gestión del comité que no ha podido frenar la propagación del coronavirus. Precisamente, al ser una enfermedad reciente y poco conocida, no se sabe muy bien qué medidas tomar frente a ella. Por eso se ha podido observar que las medidas cambian de región en región y de país en país.
Esto ha producido un debate necesario. Algunos, como Mijtà, son partidarios de tomar medidas más agresivas. En Catalunya incluso, en el Govern, se preguntan a qué bando pertenecen, si al de Antoni Trilla o al de Oriol Mijtà. Aunque ambos tiene diferencias de opinión, se admiran y se respetan, tanto a nivel personal como profesional. Su objetivo común: contener la epidemia.
“Antoni Trillla, que fue uno de mis profesores, es epidemiólogo especialista en infecciones. Yo soy infectólogo con una visión de salud pública. Tenemos intereses comunes y es inevitable que tengamos algunas diferencias de opinión”, explicó Mitjà. “Contrastar opiniones nos ayuda a todos a mejorar”. Mijtà fue uno de los primeros que indicaron, como medida de prevención, la suspensión de Mobile World Congress. Un mes después, luego estar haciendo seguimiento a la epidemia, se muestra muy crítico con las medidas que ha adoptado el gobierno.
El lunes, en su hilo de Twitter, escribió que “la negligencia se ha manifestado con la reiterada falta de anticipación y la incapacidad de predecir una epidemia que era evitable y que al no evitarse ha generado una crisis de salud pública sin precedentes. La comunicación opaca y proteccionista ha sido enormemente perjudicial porque ha impedido la planificación y la preparación para esta situación”.
Reconoce que hay que unir esfuerzos en la lucha contra el coronavirus, sin embargo comentó que “en medio de una crisis no se debe ser crítico sobre cómo se gestionan las cosas. Pero hemos llegado a un punto en que la crisis es tan grave que el principio primordial debe ser el beneficio general”.