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Abascal asegura que no le temblará el pulso con Cataluña y con la crisis si está en el Gobierno

El presidente de Vox, Santiago Abascal, en el cierre de campaña del partido de cara a las elecciones generales del 10 de noviembre.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, recrudeció ayer -si cabe- su discurso hacia el Gobierno, Pedro Sánchez y el resto de partidos del arco parlamentario en el cierre de campaña electoral en la plaza de Colón, en Madrid. El líder de ultraderecha acusó al presidente del Ejecutivo en funciones de aplicar "políticas totalitarias de izquierda" ante las que se ha plegado la derecha del PP y Ciudadanos. 

"Necesitamos muchos votos para tener mucha fuerza", aseguró el líder de Vox. Por ello, Abascal dejó de lado el famoso voto útil para pedir el "voto de la libertad de todos los españoles" en las elecciones generales del 10 de noviembre. De ahí que invitara a los votantes tradicionales de izquierda que se hayan sentido "abandonados" a que apoyaran la causa de su partido. Con todos estos votos, a Abascal no le temblará el pulso con el desafío soberanista de Cataluña o la posible crisis que se avecina. 

Además, el presidente de Vox advirtió que habrá "mucha basura" en los medios de comunicación durante los próximos días sobre el partido, pero recordó que "los españoles pudieron ver que Vox no muerde ni agrede" en el debate electoral del pasado lunes. Esto explica el "prudente optimismo" con el que los políticos de la formación afrontan las elecciones. 

Abascal estuvo arropado por la plana mayor del partido, como el secretario general del partido, Javier Ortega Smith; o el portavoz del partido en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros. El persidente de Vox pidió el voto de los ciudadnaos ante 20 congregados, un número algo menor que en los últimos mítines. 

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