El PP puede respirar tranquilo. Los vaticinos de Génova 13 tras los resultados electorales del pasado 26 de mayo se han cumplido y el partido de Pablo Casado podrá mantener su feudo autonómico dirigido por Isabel Díaz Ayuso. Tanto la líder del PP en la región como el presidente de Ciudadanos en la comunidad, Ignacio Aguado, han aceptado las medidas de Vox para que apoye un gobierno de derechas desde fuera del ejecutivo y al que hará "una férrea oposición".
La futura presidenta de la Comunidad de Madrid ha celebrado que las tres formaciones hayan alcanzado un punto común para que Ángel Gabilondo se hiciera con el control de la Puerta del Sol o se convocaran elecciones anticipadas. "Será la primera vez que Madrid va a ser gobernada por un gobierno en coalición, y esto nos va a obligar más que nunca a trabajar con sensatez y con la premisa del consenso permanente", ha asegurado ante los medios de comunicación.
Las negociaciones entre PP, CS y VOX han finalizado con éxito. Lo más importante ahora son los madrileños y por eso debemos formar gobierno cuanto antes. Libertad, bajada de impuestos y eficacia de los servicios públicos serán la seña de identidad del nuevo ejecutivo. pic.twitter.com/IKsMvNi12E
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) 1 de agosto de 2019
El líder de Ciudadanos en la Comunidad de Madrid ha asegurado que las exigencias de Rocío Monasterio "no son incompatibles" con el acuerdo de 155 medidas al que llegó con el PP. "Tampoco son incompatibles con las medidas y reformas que queremos hacer desde Ciudadanos en las diferentes consejerías que dirigiremos", ha añadido. Por ello, se ha mostrado seguro de que la sesión de investidura se producirá "en los próximos días".
Mientras Sánchez e Iglesias tienen España bloqueada, la Comunidad de Madrid se pone en marcha. #VamosMadrid ?? pic.twitter.com/SDvKwdK7BO
— Ignacio Aguado (@ignacioaguado) 1 de agosto de 2019
60 días han tardado los tres partidos en alcanzar un acuerdo al que se aspiraba desde el mismo "súper domingo electoral". Sin el apoyo de Vox, era inviable un gobierno del PP y Ciudadanos en solitario, pues los 56 escaños que suman ambas formaciones no superan los 67 de la mayoría absoluta. Por lo tanto, el apoyo del partido de Monasterio se antojaba imprescindible para permitir que los populares mantuvieran el gobierno autonómico.