El Gobierno en bloque ha decidido no irse de vacaciones para intentar recabar los apoyos parlamentarios suficientes en un anueva e hipotética investidura de Pedro Sánchez. Tanto Ferraz como el equipo más cercano al presidente del Gobierno en funciones saben que no sería beneficioso ver al líder del Ejecutivo disfrutando de unos días de descanso ante el bloqueo institucional que vive el país, por lo que la mano derecha del excandidato a la Presidencia, Carmen Calvo, ya lo anunció el pasado viernes: "No nos vamos a ir de vacaciones".
No obstante, la número dos de La Moncloa sí aseguró que dejarían pasar unos días para que se "enfriaran los ánimos" y partir de cero a partir de agosto en las negociaciones no solo con Unidas Podemos, sino con Ciudadanos y el PP.
Pero el reloj de la democracia avanza sin que nadie pueda pararlo. El próximo 23 de septiembre, las Cortes Generales serán disueltas si no hay un candidato que reúna la mayoría absoluta -en primera votación- o simple -en segunda votación- del Congreso de los Diputados y se convocarán automáticamente elecciones generales, fijadas para el próximo 10 de noviembre. Por ello, la posición de Gobierno es clara: están dispuestos a alcanzar un acuerdo programático con Pablo Iglesias, pero ya no ofrecen un gobierno de coalición. "La fórmula de apoyar al gobierno con objetivos concretos es una buena fórmula”, aseguró ayer Calvo en RNE en referencia a un gobierno monocolor del PSOE con el apoyo puntual de la formación morada.