Pedro Sánchez parece decidido a seguir al frente del Palacio de La Moncloa sin tener que incluir en su nuevo gobierno a ningún miembro que no sea del PSOE o participe en su equipo como independiente. Fuentes cercanas al presidente en funciones aseguran que "si pudo sacar adelante proyectos y propuestas con 84 diputados, con 123 mucho más", por lo que Unidas Podemos vería frustado su sueño, de nuevo, de entrar en el Ejecutivo. Los del PSOE se ven plenamente legitimados por los 7,4 millones de españoles que el pasado domingo les dieron su apoyo en las urnas para formar un ejecutivo "sólido" y monocolor, una idea con la que Pablo Iglesias no está de acuerdo y amenazó con ella: "No apoyaremos un gobierno en el que no haya miembros de Unidas Podemos".
El diario El País anunciaba esta mañana que Sánchez podría ofrecer un acuerdo programático a Iglesias para que, aunque no esté en el Gobierno, lleven conjuntamente propuestas y medidas al Congreso susceptibles de ser aprobadas. Esta decisión por parte del secretario general del PSOE no sería otra que contentar a Iglesias y rebajar, en la medida de lo posible, su posible "cabreo" por no formar parte del equipo socialista y ostentar, como ya dijo en alguna ocasión, el Ministerio del Interior.
El nuevo Gobierno podría arrancar a finales de junio. Sánchez parece convencido que la número dos por Madrid, Carmen Calvo, revalidará su puesto como su número dos en el Ejecutivo y en la Vicepresidencia del Gobierno de España. Como la cordobesa, parece que la mayoría de los miembros del Consejo de Ministros, si al final Sánchez lograra ser investido sin la obligación de formar un gobierno en coalición con Unidas Podemos, repetirán en su puesto. Las únicas dudas son el nombre de la persona que ocupe la cartera de Asuntos Exteriores tras la marcha de Josep Borrell a Europa tras las elecciones europeas del próximo 26 de abril y un posible cambio en la portavocía del Gobierno, que hasta ahora ostentaba la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celáa.