Una semana. Quedan siete días para que los medios de comunicación dejen de publicar encuestas de intención de voto de los ciudadanos en las elecciones generales del próximo 28 de abril en cumplimiento de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General (LOREG). La última ha sido la de SocioMétrica para el diario El Español, que vuelve a situar a Pedro Sánchez como el claro ganador. El PSOE obtendría un 29,9% de los votos (124.130 escaños), a casi 11 puntos de su prinicpal rival, el PP, que ocuparía el liderazgo de la opoisicón con un 19,1% del sufragio (73-77 escaños). Ciudadanos subiría y se consolidaría como tercera opción con un 15,4% del sufragio (49-56 escaños), relegando a Unidas Podemos a un 13% de los votos (29-33 escaños). Por lo tanto, lograría mantenerse en la cuerda floja desestabilizada por Vox, que no conseguiría alcanzar la cuarta posición política y aglutinaría el 11,2% de los votos (31-36 escaños).
Entre los partidos minoritarios que, a su vez, volverían a ser fundamentales para la conformación de un posible gobierno progresista en el caso de que Sánchez no aunara los apoyos suficientes, ERC sería la gran beneficiada de los comicios con un 3,2% de los votos (11-13 escaños). Su homólogo catalán, JxCAT, le seguiría con cierta distancia que le daría el 1,4% que reuniría (cinco-seis escaños), muy de cerca del PNV y su 1,3% (cinco-seis escaños). Pacma irrumpiría en las instituciones con un 1,2%, seguido de EH-Bildu (dos-tres escaños) y de Compromís con un 0,8% (dos-tres escaños). Coalición Canaria cerraría la lista con un 0,3% del sufragio (cero-uno escaños).
Por lo tanto, los acontecimientos que que ocurran a partir del lunes 29 se tornan imprescindibles para el futuro mñás inmediato de España. El bloque de centro-izquierda (PSOE-Unidas Podemos) reuniría el 42,9% de los votos, frente al centro-derecha (PP-Ciudadanos-Vox) y su 45,7%. Por lo tanto, Sánchez estaría ante una gran encrucijada: intentar acercarse a Ciudadanos -pese a su negativa a formar gobierno con él- y ganarse la enemistad de los partidos de la moción de censura o, en su defecto, intentar renovar la alianza que consiguió echar a Mariano Rajoy del Goiberno de España el pasado 1 de junio y volver a recibir críticas de la oposición por apoyarse en "independentistas, comunistas y batasunos" para volver al Palacio de La Moncloa. Fuentes cercanas al PSOE apuntan a que el presidente prefiere un acuerdo con los de Albert Rivera, una decisión que podróia costarle la relación forjada con el secretario gerenal de Podemos, Pablo Iglesias, en estos 10 meses de Gobierno. Incluso podría provocar, en el caso de que el líder morado no le apoyara, una nueva convocatoria electoral.