El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a tachar a la derecha española como el "bloque de la involución" por querer englobar a toda España en la manifestación que se celebró en la Plaza de Colón en febrero. Además, ha sido especialmente duro con el PP, a quien ha dicho que "la gente buena ni roba, ni espía", en alusión a los numerosos casos de corrupción que existe en el seno de Génova 13 y a la presunta trama espiatoria del Ministerio de Interior cuando el popular Jorge Fernández Díaz lo dirigía y se produjo el robo del teléfono móvil a una asesora de Pablo Iglesias cuando era eurodiputado en 2014. “Este es un país de buena gente y la buena gente no roba, no espía, no insulta", ha asegurado, mientras que recalcaba que la única intención de la derecha es "enquistar las cosas".
Desde Sevilla, el secretario general de los socialistas ha llamado a los ciudadanos que sean "buena gente" para obtener un buen resultado, "una mayoría suficiente", en las elecciones generales del próximo 28 de abril y ha situado al PSOE como la única alternativa posible para hacer frente al auge de la extrema derecha representada en Vox. Tras seis años y medio de gobierno de Mariano Rajoy, y con los 10 meses de su Ejecutivo, Sánchez ha señalado que España necesita un "gobierno centrado" que acabe con "los casos de corrupción que vienen del pasado", y solo el PSOE "puede resolver esos desafíos".