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El PSOE ganaría las elecciones con un 27% de los votos y el centro-derecha no tendría mayoría

Pedro Sánchez a su entrada en el Congreso de los Diputados durante la primera sesión de control al Gobierno de España.

Lo único claro que pasará después de las elecciones generales del 28 de abril es que el PSOE se convertirá en el partido más votado por parte de los españoles. Lo que pase después, ni los propios candidatos a la Presidencia del Gobierno de España lo saben. Según la última encuesta realizada por 4OdB para el periódico El País, el partido de Pedro Sánchez obtendría un 27,1% de los votos (122 escaños), a mucha distancia del líder de la oposición, el PP, que reuniría el 19,3% de los mismos (76 escaños). Ciudadanos lograría la tercera posición, pisando los talones a su homólogo del centro-derecha, al aglutinar el 17,7% del escrutinio (55 escaños) y relegaría a Unidas Podemos a un 12,3% del electorado (40 escaños). Vox, no obstante, no se vería afectado e irrumpiría en el Congreso con un 10,2% (y 31 escaños). Por lo tanto, los aprtidos minoritarios volverán a tener un papel importante a la hora de formar un nuevo Gobierno. ERC sería el partido más votado dentro de un 13,4% de los votos hacia estas formaciones, un porcentaje alto e ineludible.

Por lo tanto, no hay una idea clara de aquello que pudiera pasar después de los comicios. Ninguno de los dos bloques -ni por supuesto un partido por sí solo- obtendría la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados -176 escaños- para formar un nuevo Ejecutivo. El bloque de centro-izquierda -PSOE y Unidas Podemos- obtendrían un 39,4% de los votos frente al 47,2% del centro-derecha -PP, Ciudadanos y Vox-. No obstante, los partidos independentistas catalanes y vascos y aquellos que apoyaron la moción de censura a Mariano Rajoy tendrán un papel clave y su apoyo costará mucho, pues se vuelven a convertir en necesarios para hacer viable un nuevo gobierno.

El movimientro "intra-bloques" se asienta como tendencia. Los presidenciables ya no hablan para todos los ciudadanos, para intentear convencer de que su proyecto político es el más beneficioso para España, sino que hablan a sus votantes para evitar que su voto se vaya a un partido de una ideología similar dentro del mismo bloque. Dentro de la izquierda, el PSOE tendría una muy buena representación parlamentaria -aumentaría hasta casi 50 escaños- gracias a la pérdida de apoyos del electorado hacia Unidas Podemos. Lo mismo pasa en la derecha, aunque en sentido contrario: el PP perdería votos en favor de Ciudadanos y Vox, que le robarían muchos electores y bajaría hasta 50 escaños. La división del voto afecta más a la derecha que a la izquierda. De ahí que el presidente popular, Pablo Casado, apele a la unidad del voto, para evitar una sangría del sufragio que podría poner en peligro su liderazgo al frente de Génova 13.  

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