El juicio contra los 12 líderes independentistas del procés catalán arrancará en el Tribunal Supremo el próximo 12 de febrero. Se trata de uno de los juicios cuyas sentencias serán decisivas en el devenir de los acontecimientos políticos de los próximos años, y por ello se necesitan cuantas más declaraciones mejor. Por ello, personalidades tan relevantes como el presidente del Gobierno cuando se celebró el referéndum ilegal del 1-O y la fallida declaración de independencia de Cataluña, Mariano Rajoy, y su mano derecha, Soraya Sáenz de Santamaría, declararán en calidad de testigos durante el juicio. Además, otros políticos catalanes destacados como el actual presidente del Parlament, Roger Torrent, o los diputados de ERC Gabriel Rufián y Joan Tardá también tendrán que acudir a la sede del alto tribunal para contestar a las preguntas del juez Manuel Marchena.
No obstante, no serán los únicos que tengan que acudir al Tribunal Supremo: la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el lehendakari, Íñigo Urkullu; el expresidente de la Generalitat Artur Mas y la ex coordinadora general del PDeCAT Marta Pascal también se encuentran entre los nombres citados. De esta lista se cae la del propio rey Felipe VI porque la Ley de Enjuiciamiento Criminal así lo prohíbe. En su lugar iba a acudir el jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, pero los magistrados lo han rechazado porque no existe "el testigo por sustitución".
Para ello, esta mañana han trasladado a los presos independentistas a las cárceles de Soto del Real -para los hombres- y Alcalá Meco -para las mujeres- para garantizar su presencia durante el juicio. Estos vivrán en un módulo de respeto para no coincidir con el resto de reclusos en las instalaciones de la prisión.