Algunos expertos dicen que lo que ocurre en los comicios andaluces es un claro reflejo de lo que sucederá en las próximas elecciones generales. Y, según el último barómetro de Sigma Dos para El Mundo, así es. El segundo sondeo del año, que tiene un resultado similar a que publicó ayer El Español, refleja que el PSOE ganaría unas hipotéticas elecciones pero que no podría con el centro-derecha, que llegaría a alcanzar la mayoría absoluta. El partido del Gobierno obtendría un 22,6% de los votos (92-96 escaños), por delante del PP y su 19,2% (70-74 escaños) y con Ciudadanos pisándole los talones con su 18,8% (66-70 escaños). Unidos Podemos, sin embargo, se situaría a cierta distancia en cuarta posición con un 15,8% (45-47 escaños). La gran sorpresa sería la irrupción de Vox, que reuniría el 12,9% de los votos y conseguiría entre 43 y 45 escaños.
Entre los partidos minoritarios, uno de los grandes beneficiados sería ERC. El partido independentista aumentaría su representación un punto -del 2,6% al 3,6%– y podría pasar de nueve escaños a 12 o 14. Su homólogo, el PDeCAT, no tendría tanta suerte y solo reuniría el 1,2% del electorado, por lo que solo tendría entre dos y cuatro diputados. El PNV vovlería a tener un 1% de los votos y tendría entre cinco a seis escaños.
Por lo tanto, nos encontramos ante el Congreso de los Diputados más fragmentado de la historia. Los dos grandes bloques marcan un nuevo tipo de bipartidismo que, si bien no se parece al enfrentamiento PP-PSOE de los orígenes de la democracia, si bien plantean dos ideologías muy diferentes entre sí que podrían crear alianzas decisivas para el devenir del pais. El bloque de centro-derecha -formada por PP, Ciudadanos y Vox- podría reunir el 50,9% del hemiciclo e incluso podría alcanzar, como mínimo, los 179 diputados. Es decir: tendría tres escaños más de los 176 necesarios para tener la mayoría absoluta de la cámara. El centro-izquierda -formado por PSOE-Unidos Podemos-, sin embargo, se hundiría hasta el 38,4%.