A pesar de la aparente felicidad del PP y Ciudadanos por formar un gobierno que eche a Susana Díaz y "a 36 años de corrupción" del PSOE en San Telmo, no es oro todo lo que reluce. Ayer se reunieron las directivas de sendos partidos en la primera reunión oficial para llegar a un primer acuerdo de gobierno -en el que se asenatarían los grandes acuerdos, en los que coinciden-. A pesar de que acordaron algunos puntos -la libre elección de los cenrto educativos o la supresión de subastas en medicamentos-, Ciudadanos no firmó este pacto por diferencias con el popular Juanma Moreno. A él le pidió que no haya "mesas paralelas" con Vox. Para los populares solo fue algo "informal".
En la reunión hubo ciertos puntos en los que la negociación se encalló. Un ejemplo son los límites de mandatos, que Albert Rivera quiere que sea de ocho años como máximo. En lo que sí coincidieron fue en la eliminación de más de 2 puestos en la Junta que están ocupados por personas elegidas "a dedo" por el último gobierno socialista en Andalucía.
No obstante, ambos candidatos afirmaron que no han contactado todavía con Susana Díaz para saber cuál será su postura en una hipotética sesión de investidura de uno de los dos candidatos a presidir la Junta. Aunque aparentemente podría votar en contra, Díaz dijo tras conocerse el resultado electoral que, como demócrata, no quería que Vox entrara en las instituciones. Por lo tanto, Marín y Moreno Bonilla podrían pedirle que se abstuviera en relación a sus declaraciones. "Asuma la derrota", pidió Marín a Díaz.
Ambas formaciones saben que no pueden demorarse demasiado; no hay tiempo. El PP puso ayer una fecha tope: el 26 de diciembre, que es la fecha estimada en la que se celebraría la sesión de investidura del nuevo presidente de la Junta. Para esta fecha, el centro-derecha en Andalucía tendría un acuerdo global de gobierno que acabaría con casi cuatro décadas de políticas socialistas en Andalucía.