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Díaz rechaza dimitir como presidenta del PSOE andaluz y se abre a pactar con Ciudadanos

La presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ante los medios después de la Comisión Ejecutiva Regional.

La dirección federal del PSOE abrió esta mañana la puerta a Susana Díaz para que renuncie a los cargos que ocupa en el partido y deje la presidencia del PSOE de Andalucía después de conseguir el peor resultado electoral de la historia del partido y estar a punto de perder la presidencia de la Junta. No obstante, la presidenta en funciones de la Junta rechazó dimitir y puso sobre la mesa de formar un gobierno en minoría con Ciudadanos, como en la pasada legislatura autonómica. "He ganado", recordó la socialista, que se mostró por la labor de seguir liderando el proyecto de su partido en la comunidad autónoma. 

No obstante, fuentes cercanas a Sánchez y a la directiva federal no disimulan su predisposición por echar a Díaz de la presidencia del partido en la comunidad autónoma y apostar por una cara nueva que ayude a reposicionar a la formación en la nueva realidad de Andalucía. 

Díaz ha compartido las siguientes imágenes en Twitter:

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, afirmó ante los medios de comunicación que saben lo que tienen que hacer ante la pregunta de un periodista que preguntó sobre la posible salida de Díaz como dirigente socialista. Además, el también ministro de Fomento aseguró que no van a dejar que el gobierno andaluz caiga en manos del bloque de derechas.

Fuentes cercanas a Ferraz 71 son conocedores de la difícil tarea a la que se enfrentan: mantener un gobierno en el que no salen las cuentas. Con Adelante Andalucía, la marca de Podemos e IU en la comunidad, formarían un ejecutivo en minoría -con 50 escaños-, al igual que con Ciudadanos -con 54 escaños-. La única alternativa es abstenerse y ceder ante el gobierno que podrían formar PP y Ciudadanos sin VOX bajo la condición de que se cumplieran medidas socialistas. SI no fuera así, el PSOE andaluz podría tumbar cuando quisiera. No obstante, si el partido de Santiago Abascal entrara en San Telmo, otro gallo muy diferente cantaría.

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