El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que aprobará en el Consejo de Ministros "antes de que termine el mes" la reforma exprés de la Constitución para eliminar los aforamientos a políticos. La primera idea de La Moncloa es que solo afecte a aquellos que cometan diferentes ilegalidades fuera de su puesto de trabajo público. Esa idea abarcaría a los diputados, senadores, altos cargos de las administraciones y a los propios miembros del Gobierno. El trato de favor a estos radica en que son juzgados por un tribunal especial.
No obstante, esta medida tiene que pasar por el Congreso. Es una obviedad que el Consejo de Ministros aprobará la reforma, pero está en el aire que los partidos políticos la apoyen. PP y Ciudadanos no vieron con malos ojos el plan de Sánchez, pero sí que indicaron que están a favor de matizarla. La propuesta necesita el apoyo de tres quintas partes del hemiciclo -como toda reforma de la Carta Magna-.
Y en estos, en el PP y Ciudadanos, centró Sánchez sus críticas. El secretario general del PSOE, en el Comité Federal del partido, acusó al bloque de centro-derecha de "socavar la convivencia y la paz social" y ha pedido que abandonen sus posiciones críticas y apuesten por "el sentido común". "La oposición ha confundido discrepancia con crispación", aseguró.
Estos ataques hacia la opisición se producen días después de que saliera a la luz la noticia de que un francotirador de 63 años estaba planeando acabar con la vida del presidente Sánchez.