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La Guardia Civil sospecha que Ana Julia podría haber matado a su hija en 1996

Ana Julia Quezada está aislada en la prisión de Acebuche, en Almería.

La asesina confesa del pequeño Gabriel, Ana Julia Quezada, podría haber acabado con la vida de su propia hija en 1996. Así lo sospecha la Guardia Civil que, tras el escándalo del asesinato del menor almeriense, reabrió el caso de la muerte de Ridelca, de cuatro años, en extrañas circunstancias.
Ana Julia alegó en ese momento que la niña era sonámbula. No obstante, la Benemérita se plantea ahora que este argumento no sea válido porque la menor, de tan solo cuatro años, tendría que haberse sumido a una mesa y abrir dos ventanas, actos que requieren “de cierta fuerza y maña”. En ese momento, no se puedo interrogar a su madre porque sufría un supuesto caso de estrés y ansiedad.
Ana Julia Quezada llegó a España en 1992 y se instaló en Burgos con su hija Ridelca, de apenas unos meses de edad. Allí conoció a Miguel Ángel, el que sería su primer esposo en el país, y con la que tuvo una segunda hija. Juntos trabajaron en una carnicería hasta que se separaron. Tras un segundo matrimonio con un hombre mucho mayor que ella, Quezada recayó en Almería, donde conoció a Ángel Cruz, el padre del pequeño Gabriel, un año antes del asesinato. 

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