Las bases del independentismo catalán han tambaleado por un momento en la última sesión del Parlament. El auto del juez Pablo Llarena, en el que se suspendía como diputados a Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y varios secesionistas más, ha enfrentado a las dos grandes fuerzas catalanas. Mientras que ERC aceptaba que todos los diputados suspendidos por Tribunal Supremo fueran sustituidos por otros políticos de sendos partidos, JxCAT ha aceptado dicha idea a excepción de Carles Puigdemont. Según su partido, el expresidente catalán no puede ser suspendido y sustituido por otro diputado porque "un tribunal alemán le ha exentado del delito de rebelión", por lo que no hay motivo aparente para llevar a cabo dicha sustitución. A esta conclusión han respondido el resto de partidos políticos, denunciando que en la cámara catalana hay "diputados de primera y de segunda".
El pleno se ha llegado a suspender hasta en dos ocasiones. El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha conseguido encauzar la sesión y llegar a la votación en la que se decidiría qué se hacía con los seis diputados. El resultado no ha solucionado nada: han empatado. Con los representantes de cada partido, ERC y PSC han votado a favor de la sustitución, mientras que Ciudadanos y JxCAT ha votado en contra. El tercer representante de ERC, Eusebi Campdepadrós, se ha abstenido, por lo que la votación ha quedado en tablas.
ERC y JxCAT siguen adelante en su plan de desobedecer a la Justicia española. A pesar de que el partido de Junqueras ha optado por acatar la decisión de Llarena, sigue con su hoja independentista, al igual que su homólogo. No obstante, este desacuerdo podría marcar grandes diferencias entre las formaciones, por lo que ambos partidos tendrán que ceder para aunar fueras en la Generalitat de Cataluña.