El dirigente y la portavoz de Podemos, Pablo Igleisas e Irene Montero, anunciaron ayer que han puesto sus cargos directivos del partido en manos de las bases de este. Tras la polémica compra de un chalet en Galapagar, en la sierra de Madrid, muchas han sido las voces críticas contra los futuros padres de mellizos.
Iglesias anunció ayer en una rueda de prensa que reenviará una carta a los militantes del partido con la siguiente pregunta: "¿Consideras que Pablo Iglesias e Irene Montero deben seguir al frente de la secretaría general de Podemos y de la portavocía parlamentaria?". Los destinatarios de las misivas soolo podrán contestar "sí" o "no". El líder de Podemos denunció una campaña de "acosot y destrucción reputacional", mientras que Montero piensa que "se han traspasado todos los límites".
No es la primera vez que en Podemos se celebra un plebiscito como este: en 2016, en Vistalegre I y Vistalegre II se debatió sobre si Iglesias debía permanecer como presidente del partido y, durante la sesión de investidura de octubre de 2016 se decidió si la formació debía abstenerse o votar en contra de la candidatura del socialista Pedro Sánchez a La Moncloa.
La compra del chalet por parte de la familia Iglesias-Montero por el valor de 615 euros ha levantado muchas ampollas dentro y fuera de la formación. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tachó de "incoherente" la decisión de la pareja en función al discurso que transmiten a sus votantes, que son los que "tienen que recapacitar sobre a quien confían el futuro de España". El alcalde de Cádiz por Podemos, José María González, recordó que el código ético del partido "no es una formalidad", que obliga a vivir como gente corriente para que sean representadas en las instituciones.