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El médico desaparecido y su compañero consumieron “popper”, la droga del sexo

Pablo Escribano tenía 29 años y a finales de mayo acababa el MIR después de cuatro años.

La Policía Nacional puso fin a la intensa búsqueda durante dos días enteros de Pablo Escribano Taioli, un médico residente de 29 años del Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. Ayer encontraron su cadáver, y el de José Antonio Barba Pérez, un compañero suyo enfermero de 40 años, tendidos sobre la cama del piso del segundo. Ambos cuerpos no presentaban signos de violencia alguna ante una muerte hipotéticamente violenta. Todavía se desconoce la hora de la muerte.

Cuando las fuerzas de seguridad del Estado entraron en el piso de Alcalá, hallaron los dos cuerpos, cada uno en una habitación. Uno estaba desnudo y tapado con una manta; el otro estaba vestido. Según los primeros indicios, la causa del fallecimiento habría sido una sobredosis de la denominada “popper”, la droga del sexo. Es una mezcla química que dilata los vasos sanguíneos, aumentando el placer. Puede que esta la mezclaran con otras sustancias. No obstante, el Grupo de Homicidios se ha hecho cargo de la investigación.

Fue gracias a un amigo de José Antonio que la Policía llegara al piso: él había visto horas antes a los dos hombres en el piso del enfermero, uno en mal estado. Al ver la foto del desaparecido, y reconocer que era la persona que se encontraba con su amigo, no dudó en marcar el 091 y dirigir a los agentes hasta la vivienda.

La familia tenía la esperanza de encontrar con vida a Pablo. Pensaban que estaba retenido en algún lugar, pero nada más lejos de la realidad. Según Ángela, la única hermana del médico, “la vida le sonreía” y estaba muy contento con su situación, a pocas semanas de acabar el MIR tras cuatro años y en búsqueda activa de empleo. Ninguno se esperaba que, al aparecer su hermano, sería para despedirlo definitivamente.

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