El Palentino cerró sus puertas definitivamente el pasado 15 de marzo, hace casi ya dos semanas. El bar donde todos los madrileños y parte de los turistas han pasado, han tomado algo y han disfrutado no volverá a levantar la chapa que lo protegía todas las noches cuando cerraba a altas horas de la madrugada.
El pasado 22 de febrero, el fundador del mítico bar de la capital, Casto Herrezuelo, fallecía a los 79 años. Tras varios días cerrado, cuando decenas de ramos de flores y de mensajes de "Buen viaje, compañero" se agolparon a las puertas del bar Loli, la otra dueña del bar y cuñada de Casto, anunciaba que cerraba el establecimiento porque "no me queda otra", alegando que ya tenía pensado jubilarse.
Los vecinos del barrio, tras varios días buscando otros lugares donde pasar los ratos que solo El Palentino les brindaba, aseguran a la gente que "Madrid es menos Madrid" sin el local.
Anónimos y famosos pasaron por el bar durante sus casi 60 años de historia. El propio Álex de la Iglesia se inspiró en el local de la calle Pez para inspirar en su película El bar. Manu Chao, Andrés Calamaro o Sánchez Dragó eran clientes habituales. Todos tienen, tenemos, un sentimiento difícil de llenar con el fin del camino de El Palentino, el lugar donde el tiempo pasaba entre cañas y montados donde el precio, a pesar del tiempo, nunca cambió.