Uno disfruta de una película sobre adolescentes cuando no se nos muestra como una etapa llena de insoportables con delirios de grandeza y pegados a un Smartphone. Por ello, Lady Bird consigue desmontar la imagen del adolescente que no ve más allá de su ego. Rompe con el idealismo al que nos tienen (mal) acostumbrados y nos adentra en una historia donde la protagonista, Christine (Saoirse Ronan) una adolescente que se hace llamar a si misma Lady Bird, es una chica de 17 años pero con una personalidad fascinante y con una alta autoestima e inteligencia que hace que el espectador quede prendado de ella desde el primer minuto por sus diálogos cargados de frescura y espontaneidad.
[Sumario]Esta historia está escrita y dirigida por Greta Gerwig que tras seducirnos como protagonista en ‘Frances Ha’ nos encandila ahora con su debut como directora, que le ha servido para estar nominada a los Oscar, única mujer en la categoría de mejor dirección y una de las favoritas como mejor película.
]Gerwig refleja con maestría los miedos e inseguridades que todos hemos experimentado durante la adolescencia, algunos de los cuales nos acompañan, por desgracia, hasta bien avanzada la edad adulta. Una época donde te haces infinitas preguntas y encuentras muy pocas respuestas o al menos no las logras ver. Por ello, casi siempre nos dejamos llevar por malas decisiones que nos conducen a situaciones a veces frustrantes y que nos agobian para después darnos cuenta con el paso del tiempo que haber vivido esas hirientes experiencias nos hizo aprender y ser lo que somos ahora. Por eso es fácil identificarse con el personaje de Lady Bird, porque todos hemos vivido alguna que otra circunstancia que a ella le sucede durante la película.
También hay que destacar la relación de Lady Bird con su madre (Laurie Metcalf), eje protagonista de la película. Esta relación se desarrolla entre el cariño, el enfado, la tristeza y las reconciliaciones. Algo muy complicado de relatar para que el espectador entienda esta tormentosa relación entre madre e hija sin caer en los topicazos, pero la directora lo consigue con nota ya que muestra de manera muy realista ese sentimiento de amor-odio que todos sentimos hacia nuestros padres en según qué situaciones e incluso de un segundo a otro.
En definitiva, una película inteligente y cómica que te hace reflexionar con cada mordaz comentario de las protagonistas. Una de las mejores de este año. No te la puedes perder.