El chef austriaco Sebastian Frank recibirá el Premio Cocinero del Año en Europa, en el marco de la décimo sexta edición del Madrid Fusión. Así lo han anunciado los organizadores del congreso gastronómico que se llevará a cabo los próximos días 22, 23 y 24 de enero de 2018.
Con la entrega de este reconocimiento la organización de la cumbre internacional “ha querido destacar su cocina exigente y rebelde que rompe con rígidas líneas tradicionales para abrir nuevos caminos”. Se trata de un premio patrocinado por Consentino y su marca de superficies de cuarzo Silestone. En la edición del año pasado, Ángel León —el ‘Chef del Mar’— se hizo con este galardón.
Sebastian Frank es chef del restaurante Horváth en Berlín. Su nombre empezó a ser conocido en el ‘jet set’ gastronómico cuando se consagró como el primer ganador del concurso internacional Koch des Jahres 2012. En esa ocasión logró superar a 400 competidores de Austria, Alemania y Suiza. Sólo un mes después de hacerse con el premio, obtuvo su primera estrella Michelin. Entones tenía apenas 30 años.
Frank supo que quería dedicarse a la gastronomía cuando tenía 13 años. A esa edad definió su vocación y empezó su formación como cocinero. En su época posterior de aprendiz pasó por el hotel de cuatro estrellas Wende de Neusiedl am See y el restaurante Chef’s Table del hotel Interalpen Tyrol. Además, trabajo tras los fogones de el Steirereck de Viena, uno de los mejores restaurantes de Austria.
En 2010 ocupó el puesto de jefe de cocina en el conocido restaurante Horváth. Cuatro años después se convirtió en el dueño del mismo junto a su esposa Jeannine Kessler. A finales de 2015, su esfuerzo se vio recompensado con una segunda estrella Michelin.
Las memorias de su niñez y su hogar inspiran las creaciones gastronómicas de Frank. En una forma única, transforma los platos de la cocina tradicional austriaca con toques de modernidad y creatividad. En su cocina, los vegetales tienen el mismo protagonismo que las proteínas como la carne o el pescado. Al punto que ha desarrollo un estilo propio —muy distinguible y original— para cocinar las verduras.
La cocina de Sebastian Frank, aunque descrita como “emancipadora” tiene un trasfondo “rural”. Se basa en la sencillez y el sabor de los productos. El chef se decanta por la producción local y por ingredientes de su país de origen. De hecho, cuenta con una huerta propia: cultiva plantas y hierbas en la terraza del tejado de su restaurante.