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El ‘flower power’ de Arcimboldo

'La Primavera' (1563)

La atmósfera sofisticada y erudita promovida por la dinastía de los Habsburgo tanto en la corte española como en la austríaca, y su interés por la naturaleza, la botánica y las maravillas que llegaron a Europa procedentes del Nuevo Mundo a lo largo del siglo XVI, fueron el sustrato del que emergió la figura de Arcimboldo. Sus alegorías y retratos, que ponen de manifiesto el poder y la prosperidad alcanzados por la realeza, lo han coronado como uno de los más asombrosos representantes del Manierismo, corriente encuadrada en el Bajo Renacimiento.

Giuseppe Arcimboldo nació en Milán en 1526 en el seno de una familia de pintores. En su juventud trabajó para la catedral de su ciudad natal diseñando cartones para las vidrieras y realizó algunos frescos para la catedral de Monza. Su suerte cambió en 1562, cuando fue llamado por el futuro emperador Maximiliano II para trabajar como retratista en la corte de los Habsburgo, primero en Viena y más adelante en Praga. En 1587 regresó a Milán con la aprobación del emperador Rodolfo II, quien en señal de reconocimiento le otorgó el título de conde palatino. En 1593 murió en la capital lombarda a los 66 años de edad.

La exposición ‘Arcimboldo. Las Floras y la Primavera’ presenta tres obras originales del artista acompañadas de una serie de otros cuadros, libros y tratados de botánica del siglo XVI, reuniendo un total de 19 piezas. El núcleo principal está compuesto por los óleos ‘Flora’ y ‘Flora meretrix’, pertenecientes a una colección particular, a los que se suman ‘La Primavera’ del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y dos copias contemporáneas de ‘El Otoño’ y ‘El Invierno’. Todas ellas son claros ejemplos de las ‘teste composte’ (cabezas compuestas) propias del característico estilo del pintor milanés, y cuyo origen se atribuye a Leonardo da Vinci por la mayoría de estudiosos. Sus creaciones están en comunión con el pensamiento y la realidad social y cultural de su época, y el objetivo de esta muestra es alejar la imagen excéntrica y fantasiosa que muchos tienen de él y de su obra.

[Sumario]

Durante la colonización del Nuevo Mundo y gracias a una enorme curiosidad científica, se importaron al Viejo Continente un gran número de especies botánicas y se desarrolló la pintura naturalista. Las flores siempre han captado la atención de los artistas, bien por sus cualidades decorativas o por el significado que les ha atribuido cada cultura.Si Caravaggio elevó la pintura de naturalezas muertas a una categoría de figuras, Arcimboldo logró una simbiosis de ambos géneros.

Considerado también precursor de la pintura de bodegones, tras su muerte cayó en el olvido. No fue recuperado hasta principios del siglo XX, cuando de manera unánime se le reconoció como visionario antecedente del dadaísmo y del surrealismo. Original y extravagante, Arcimboldo tuvo la capacidad de ser diferente con un estilo que sigue siendo inconfundible hoy en día.

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