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Mucho crío, demasiados gallos y muy poco gusto musical

Los concursantes de la nueva edición de OT

LO PEOR: El sonido (En general).

LO MEJOR: La frescura e ilusión que desprende el programa

Asistimos ayer al estreno de OT con el corazón expectante, emocionados y empachados de añoranza y de ganas de volver a enamorarnos de un formato al que nunca hemos olvidado.

¿Y qué tal fue eso de OT? Hoy en cada clase, trabajo u oficina se estará preguntando lo mismo y no es una pregunta fácil de responder porque aunque en general fue una birria de gala en muchos y amplios sentidos, lo cierto es que te deja con ganas de más.

En primer lugar, los concursantes en la mayoría de casos no tienen el nivel ni para quedar bien delante de sus amigos en el karaoke del pueblo.

Veo un reto prácticamente imposible lograr que en 3 meses esa gente haga algo digno encima de escenario.

Los profesores de la academia van a tener que hacer horas extras con personas que no sólo no afinan, sino que tampoco tienen ninguna presencia en el escenario .

Sólo se salvan 4-5 concursantes de 16 y eso se notó en el ritmo de una gala que en momentos se hacía tan pesada que clamabas al cielo por un buen bloque de anuncios de esos que duran 10 minutos mínimo.

El gusto musical brilló por su ausencia tanto como la calidad del sonido. No entiendo qué llevar a pensar a un concursante qué presentarse ante España en una primera gala con Sofía de Alvaro Soler o Cómo te atreves de Morat es una buena idea.

Los jueces también tuvieron lo suyo: Salvaron lo insalvable y no tuvieron la garra ni las ganas que demostraron en ediciones anteriores Noemi Galera o Risto, cómo se lo hubiese pasado ayer este último.

Sólo salvo a Mónica Naranjo porque por suerte tiene tantísimo carisma que allí dónde hay un concursante insulso está ella para dar un poquito de sabor al programa.

El presentador, bien, correcto, sin más, ni te apasiona, ni te molesta, pero se le ve con ilusión y eso se agradece.

Y se agradece porque parece ser el único que va con los deberes hechos y con la mismísima ilusión que todos los espectadores teníamos ante la llegada de este amado reality.

Y la verdad es que, sí, seguimos ilusionados después de ver la primera gala, pero también algo decepcionados y con miedo de que el nivel de los concursantes conviertan OT en el nuevo GH, eso sí que sería una revolución que nadie quiere.

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