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Daniel Fuentes Casado debuta en el plano de la edición con “El Hombre Analógico”

Portada de "El Hombre Analógico"

Daniel Fuentes irrumpe en el mundo editorial con toda la potencia simbólica de la portada: el homínido del Amanecer de Zaratustra golpeando con un fémur el ordenador de los lectores, con la lectura resonando a todo trance en los tímpanos como timbales.

A caballo entre la alucinación, la poesía, la denuncia o el exabrupto, en El Hombre Analógico conviven trasuntos de personajes públicos por desgracia bien conocidos y una galería de personajes como sacados de un bestiario medieval, donde la rutina se convierte en una epopeya diaria y lo titánico se despacha como un trámite administrativo en pocas líneas.

Deudora explícita de la tradición de Rabelais, Carlos Fuentes, Jaroslav Hašek, Canetti, Rushdie, Kennedy Toole…

 

Sobre el autor

 

Daniel Fuentes Casado es Ingeniero técnico Aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid y escritor formado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Complutense, la UNED, la Humboldt-Universität zu Berlin (hasta donde se desplazó una vez finalizados sus estudios técnicos parar vivir lo que hasta entonces había leído), y sobre todo en la Universidad de Granada, donde aprovechó para prolongar su todavía adultescencia.

Ha formado parte de los colectivos Letra Clara (participó en la gestión de la revista del mismo nombre junto a colegas de Teoría de la literatura) y Letra Turbia en la misma ciudad nazarí, donde se gestó la peripecia del Hombre Analógico.  

Todavía se declara deudor de los tebeos de Bruguera, de los libros de la editorial Barco de Vapor, de Julio Verne, de los ciclos de cine clásico y los programas de Garci, de la figura de Da Vinci o la TV, incluida por supuesto la llamada telebasura. Servidumbres de la generación del baby-boom, estuvo sometido a los rigores de las caligrafías Rubio y los cuadernos Santillana durante el verano, y comprendió rápidamente la importancia de los libros y las notas para alcanzar la aprobación adulta. Estudió aeronáutica por culpa de Da Vinci, y porque, a su juicio, es la más poética de todas las ingenierías.  

Cuando los smartphones todavía eran inconcebibles, pero no indeseables, y las casas espacios analógicos, aprovechó para redactar o garrapatear coplas y sonetos de ocasión en fechas señaladas, teatro en verso colaborando con un grupo de pasacalles, la adaptación a guion de una novela de José Saramago.

El próximo año se espera que vean la luz otros textos inéditos del autor, incluidos textos relacionados con su primera obra donde se tratan otros episodios anteriores en la vida del protagonista.

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