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Acabó la maldición del Quijote de Terry Gilliam

Terry Gilliam en uno de sus infructuosos intentos de rodar El Quijote

Ser o no ser. Acabar o no acabar su película sobre don Quijote. Para Terry Gilliam no había duda, acabaría su deseado proyecto sobre la obra del genial Cervantes sí o sí. El balance son más de dos décadas de infructuosas planificaciones, cambios en el título de la película, sustituciones de actores, rodajes malditos con catástrofes de todo tipo… pero Gilliam no se daba por vencido. La película se había convertido en una enfermiza obsesión, tanto por salud física como mental, debía acabarse.

Gran parte del logro, de que la maldición sobre Gilliam y sus intentos de rodar una película del Quijote se acabase, ha sido de la productora española Tornasol y su productor Gerardo Herrero. Quizás una película británica sobre el Quijote necesitaba una inspiración y empuje español para salir adelante. La mala pata del proyecto ha sido antológica. En la cabeza de Gilliam el proyecto lleva en marcha desde 1991. Hubo un rodaje de seis días en octubre de 2000 en el desierto de las Bardenas Reales, que se tuvo que suspender por lluvias torrenciales, los ruidos de los aviones de la OTAN que hacían maniobras en ese desierto, y por falta de presupuesto.

En ese intento serio, con rodaje incluido, los protagonistas eran Johnny Depp y Jean Rochefort; un plantel interesante, cuando menos, pero su condición de mega estrellas tampoco ayudó mucho al buen devenir de la producción. Además, hasta en esta última y conseguida película de Gilliam sobre don Quijote se ha rozado de nuevo la “maldición”, al tener una querella del portugués Paulo Branco, productor de Alfama Films, que había publicitado el proyecto en el certamen de Cannes de 2016 con Gilliam. El productor luso acusaba a Gilliam de abandono del proyecto, cuando en realidad fue su productora quien dejó paralizado el rodaje el pasado octubre. Fue, entonces, cuando los coproductores españoles decidieron impulsar un nuevo proyecto.

[Sumario]

Según los comunicados de la productora Tornasol, el fallo de un tribunal de París es a favor de Gilliam y sus nuevos productores, considerando solo un fallo de forma en el contrato entre Branco y el cineasta británico. Gilliam, en otro comunicado en Tornasol, recuerda sobre el final del rodaje de The Man Who Killed Don Quixote:

“Hemos estado trabajando en esto durante tanto tiempo que la idea de terminar de rodar esta película es bastante surrealista. Cualquier persona sensata habría renunciado hace años, pero a veces los cabezotas soñadores ganan al final, así que doy las gracias a todos los creyentes que se han unido para hacer realidad este sueño.”

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