La muestra está organizada por el Museo Reina Sofía en colaboración con el LaM (Lille Métropole Musée d'art moderno, d'art contemporain et d'art brut) y el Centre audiovisual Simone de Beauvoir. Del comisariado se encargan Natasa Petresin-Bachelez y Giovanna Zapperi.
Delphine Seyrig (1932-1990) fue una actriz sobre todo conocida por los papeles que interpretó en el cine francés de autor y, muy especialmente, en El año pasado en Marienbad (1961) de Alain Resnais y simbolizó una femineidad idealizada y sofisticada. Sin embargo, la interpretación no fue solo una profesión para Seyrig: durante la década de 1970 se convirtió, de hecho, en una activista que trabajó en compromiso con las redes del movimiento feminista. Al mismo tiempo, colaboró con cineastas mujeres como Chantal Alemán, Marguerite Duras o Ulrike Ottinger, lo que le permitió explorar otros papeles femeninos y deshacer su mito de diva.
A mediados de los años 70, junto con la video-realizadora Carole Roussopoulos y la traductora Ioana Wieder, produjeron una serie de vídeos bajo el nombre colectivo de Les Insoumuses (Las insumusas). Es estos trabajos como Sois Belle et tais-toi (Calladita estás más guapa, 1976), SCUM Manifesto (Manifiesto SCUM, 1976) y Maso et Miso vont en bateau (Maso y Miso ven en barco, 1976), el vídeo se convirtió en una herramienta emancipadora y un agente de activismo político. En 1982, las tres mujeres fundaron el Centre audiovisual Simone de Beauvoir en París, estableciendo un archivo audiovisual sin precedentes sobre algunas de las batallas que estaban teniendo lugar en su época, tanto en Francia como en otros lugares, entre ellas: la legalización del aborto; la lucha contra la tortura y la guerra de Vietnam; los derechos de las trabajadoras sexuales y las prisioneras políticas, así como la implicación en el movimiento de la anti-psiquiatría.
Musas insumisas: Delphine Seyrig y los colectivos de vídeo feminista en Francia en los 70 y 80 explora la intersección entre las historias del cine, el vídeo y el feminismo en Francia. Enfoca su mirada en la emergencia de los colectivos de vídeo de la década de 1970 para proponer la reconsideración de la historia del movimiento feminista en Francia a través de un conjunto de prácticas con medios audiovisuales, atendiendo a una red de alianzas creativas que surgieron en un tiempo de gran agitación política. Tanto Seyrig como su amiga y también actriz Jane Fonda, la realizadora Babette Mangolte, la poeta y pintora Tel Andan, la escritora y activista Kate Millet o la filósofa Simone de Beauvoir se presentan como nodos de un tejido mucho más amplio, plural y transnacional.
La colección se conforma con películas, vídeos, obras de arte, fotografías, documentos y materiales de archivo, que dialogan entre sí para mostrar las preocupaciones políticas que el movimiento feminista puso sobre el tapete en ese momento histórico. Sobre ellas resuenan las problemáticas que conciernen al arte y la política de la actualidad, mientras los feministas continúan construyendo alianzas y se levantan contra el sexismo estructural de la industria del cine y se desafían los roles de género normativos. A menudo, las posiciones de Seyrig fueron incómodas, entre lo estético (cine y vídeo), el sistema de trabajo (profesión e industria) y el propio activismo. Todas ellas marcadas por un continuum entre la actriz y la activista que recuerda la vigencia del eslogan feminista de los 70: "lo personal es político".