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Bernardo Cólogan, el desconocido diplomático español que llevó la paz a China

Retrato oficial del diplomático Bernardo Cólogan, que cuelga ahora en la embajada española en Pekín. Foto del archivo de Carlos Cólogan

De niño, a Carlos Cólogan Soriano le contaban historias de su tío Bernardo que resultaban tan interesantes y seductoras como las novelas de Julio Verne. Se trataba de la vida de uno de los diplomáticos españoles más prestigiosos en las décadas de entre siglos (XIX y XX), Bernardo Cólogan y Cólogan. Había ejercido en innumerables lugares su labor de embajador para España, pero sería en Pekín donde su trabajo diplomático pasaría a la historia. Al ser decano del cuerpo diplomático que había sufrido el asedio casi dos meses de los rebeldes bóxer (ultra nacionalistas chinos), lideró las negociaciones de las potencias occidentales con el imperio chino.

Su prestigio personal en el barrio diplomático de Pekín se vio cuando todas las negociaciones y la firma del tratado se hicieron en la embajada española. Dato importante, ya que el peso diplomático español, como potencia colonial en decadencia, era escaso en la región. Unas negociaciones al más alto nivel dirigidas por este embajador español, de origen irlandés y natural de las Islas Canarias, de la Orotava (Tenerife), que sin duda no han vuelto a protagonizar con esa trascendencia en la diplomacia española. Una historia de nuestro pasado contemporáneo que, como muchas otras, es bastante desconocida en España.

[Sumario]

El álbum fotográfico y otros documentos del embajador Cólogan y Cólogan, dormitaron durante más un siglo en una estantería de la casa familiar de los Cólogan en Tenerife. A miles de kilómetros de la capital española y a una docena de miles de kilómetros más de la ciudad donde trascurrieron los hechos documentados.

Los ‘55 días en Pekín’, curiosamente, siguieron teniendo una relación estrecha con España cuando Hollywood decidió rodar en unos estudios construidos en Madrid (Estudios Bronston) una versión cinematográfica (55 días en Pekín; 1963, de  Nicholas Ray) de esos hechos históricos. Del desconocimiento de la figura crucial del embajador Cólogan, habla que en la película el diplomático español se llamase Guzmán (Cólogan no les parecía hispano) y fuese un personaje secundario, que apenas aparece en la película.

La ignorancia de los verdaderos protagonistas de ese hecho histórico que marcó las relaciones de China con el resto del mundo, se puede entender en el interés promocional de los productores estadounidenses donde había que destacar el papel anglosajón de David Niven o Charlton Heston. Sin embargo, es más difícil entender la pobre información que se tiene en España del protagonismo histórico de Bernardo Cólogan en ese importante episodio de la historia.

El sobrino-bisnieto que ha heredado esa documentación, Carlos Cólogan Soriano, y el Ministerio de Asuntos Exteriores, intentan paliar ese gran desconocimiento con la publicación de una cuidada edición facsímile de ese álbum fotográfico y documental.

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