Un rostro con mirada penetrante aparece en la portada del último libro de Mar Rey Bueno titulado Evas alquímicas. Se trata de Sofonisba Anguissola, pintora italiana de la corte del rey Felipe II, que parece reclamar su merecido hueco en la Historia.
Porque de ello trata el último trabajo de Mar Rey Bueno, el décimo para ser exactos. En él, se recupera el legado de unas mujeres que han sido olvidadas por las brumas del tiempo o fueron vilipendiadas por unas prácticas no muy aceptadas en público, pero que en la sombra interesaban a reyes y nobles: la alquimia.
El libro, publicado por Glyphos Publicaciones, hace un recorrido por la historia e intrahistoria desconocida de varias mujeres, cuyo nexo de unión es la obra alquímica. Así, da a conocer la labor de unos personajes femeninos que bien pudieron ser consideradas como brujas en un tiempo en el que se paraba los pies a aquellas que iban un paso por delante del resto. Tal pudo ser el caso de María Sánchez de la Rosa, natural de Torrijos, que poseía un laboratorio de tal calibre en Madrid que la Inquisición entró de lleno contra ella.
Pero no solo trata de personajes femeninos que fueron relacionados con la hechicería, sino también de enfermeras, destiladoras, perfumistas e incluso cerveceras. Evas alquímicas, por tanto, es una obra reveladora, que ayuda de forma estupenda y amena (está escrito en primera persona) a demostrar que la alquimia no era un mundo solo reservado a hombres, sino que hubo mujeres que también ansiaron transmutar la materia en pos del conocimiento. En el libro, se podrá conocer vidas increíbles como las de María la de Antón o "La Camacha de Montilla".
"Ellas. Las Diosas. Tan admirables cuán esquivas. Diosas que escribían conjuros y secretos. Diosas que pintaban alambiques y huevos filosóficos. Diosas que sabían que sabían de hilos invisibles, de exilios interiores, de infiernos varios. Diosas que me enseñaron a ver con nuevos ojos. Diosas que me cambiaron para siempre…", asegura Mar Rey Bueno. Diosas que ahora tienen voz para contar sus secretos gracias a Evas alquímicas.