Rafael Álvarez El Brujo es parte de la arquitectura del Teatro Romano de Mérida. Está Ceres, y después él. Tanto por el amor que le procesa el público en la capital extremeña como por las veces que ha se ha dejado caer por la ciudad. En esta ocasión vuelve a la 64º edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida para presentar 'Esquilo. Nacimiento y muerte'.
El espectáculo que se cruza en Mérida con 'Nerón', la anterior función, el propio artista lo define como "la mirada de un cómico sobre la tragedia griega". Y quien bien lo conoce, sabe que todo lo que toque el monologuista se convierte en una reflexión con un toque cómico, una forma de pensar a través de la risa. Y así fue, por ejemplo, con sus anteriores espectáculos en el Festival de Mérida de los últimos años: 'La Odisea', en 2012, y 'El asno de oro' al año siguiente.
CLÁSICOS E IRONÍA
Además, muchas de las obras del dramaturgo clásico, Esquilo, se han llevado a escena en la arena de Mérida, como 'Prometeo', 'La Orestiada', 'Los persas' o 'Las suplicantes'. Pero en esta ocasión el actor y director cordobés de pelo canoso las ha batido con humor para ofrecer una reflexión llena de ironía de los textos clásicos.
[Sumario]
"Hace muchos años di una conferencia en la plaza del pueblo sobre los romanos, la conferencia era una parodia, un pretexto para hacer teatro. Ahora es todo lo contrario, el pretexto es el teatro para dar una conferencia sobre el espíritu antiguo de la tragedia que representa Esquilo", explica. Así, en definitiva "es una conferencia".
'Esquilo. Nacimiento y muerte de la tragedia' mantendrá el sello personal que caracteriza a los espectáculos de El Brujo. Una línea de trabajo basada en el actor solista, una tradición europea que se remonta a los juglares antiguos y cuyo exponente más prestigioso es el premio Nobel Darío Fo. Toda una relectura de los clásicos que extraerá los valores universales del humor con la mímica y la música de Javier Alejano como hilo conductor.
