En una época en la que casi nos pasamos más tiempo mirando una pantalla que a la vida real, en la que nos movemos a un sitio u otro solo para poder compartirlo en las redes sociales y en el que los videojuegos se han convertido en un deporte de competición, abandonando casi por completo su función de entretenernos, Steven Spielberg nos presenta su nueva película, ‘Ready Player One’, un título bajo el que se esconde un mensaje del director a la sociedad y que debería de ser vista tanto por los más grandes como por los más pequeños.
La película nos muestra un futuro en el que la sociedad se ha aburrido de la realidad y ha pasado a vivir en un mundo virtual en el que cada uno puede ser lo que quiera, algo que recuerda mucho a juegos como WOW o Second Life. Pero la idea de crear un personaje virtual que sea lo que no nos atrevemos intentar, o no logramos, ser en la realidad también es algo cada vez más común en las redes sociales actualmente y que movimientos sociales como el de Finstagram (que quiere desenmascarar cuentas de vidas falsas en Instagram) quiere denunciar.
La película está totalmente inspirada en el mundo de los videojuegos y está ambientada en el ambiente ‘POP’ con cameos de todo tipo de personajes y películas de finales del S. XX. En ella nos adentramos en una historia que bien podría ser de un nuevo éxito ‘gaming, en la que un personaje se enfrenta a una serie de pruebas en la que conoce a gente, crea un equipo y se convierte en el gran héroe de todo el mundo virtual. También tiene su malo final, sus esbirros y toda una serie de pruebas tanto físicas como mentales que debe superar para lograr pasarse el juego.
Pero lo más importante de toda esta historia es el mensaje que Steven Spielberg ha querido mandar y el mensaje que podemos extraer de ella, un mensaje que busca llamar la atención del espectador para que deje de lado su reciente obsesión por las pantallas y el mundo virtual y vuelva a vivir la vida real, ya que vivir la realidad es la única vida que realmente exista y en ella no podremos retroceder.
Ready Player One nos enseña todo esto de la mano de un personaje que es el creador de ‘Oasis’, el mundo de realidad virtual que tiene absorbida a toda la población, y que usa sus errores, miedos y deseos de la vida real como pruebas que deben de superar los personajes para poder pasarse el juego.
Lo cierto es que la tecnología que se muestra en la película es una mezcla entre la realidad virtual que conocemos y lo que podría llegar a ser y en ella se nos incita a que encontremos la forma de compaginar ambos mundos, vivir los avances tecnológicos y virtuales pero sin olvidarnos de vivir la vida real y la interacción humana, algo que cada vez se va perdiendo más con la aparición de los chatbots o todos los servicios online que nos permiten tener y hacer de todo sin tener casi interacción humana.
La película tiene toda la pinta de que puede llegar a convertirse en una nueva película de culto de Steven Spielberg y que puede ser de esas que una generación guarde en sus casas y en sus corazones ya que llega a tocar la fibra más sensible de la nostalgia con el uso de cameos de todo tipo y una banda sonora que nos hace sentir como en una sala de recreativos. Tiene unos efectos especiales bastante logrado y es de esas ocasiones en las que entras en el cine y disfrutas de principio a fin sin darte cuenta de que el tiempo pasa.