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La ruina de los trasbordadores espaciales soviéticos que iban a conquistar el espacio

La estación espacial abandona tras el fin de la Guerra Fría

Los protagonistas del vídeo que ilustra esta noticia son viajeros especializados en descubrir viejas ruinas del pasado reciente. Esta vez buscaron la aventura por los desiertos y estepas de Kazajistán, llegando a la zona elegida por la Unión Soviética como su Cabo Cañaveral: el Cosmódromo de Baikonur. Abandonado hoy en casi su totalidad, el gobierno de la nueva República independiente de Kazajistán no pudo ocuparse de todas las instalaciones. En la actualidad solo el 20% se mantiene activo, en actividades menores y de reciclaje.

Este gran complejo espacial se inició en 1973 como respuesta a los avances tecnológicos de la potencia del bloque capitalista, Estados Unidos. En vuelos tripulados, los estadounidenses comenzaron a tomar ventaja y desde 1977 con el primer trasbordador, el Entreprise, marcaron el ritmo de la carrera espacial disputada en plena Guerra Fría. En Baikonur, los soviéticos ponían en marcha el Programa Burán, que daría nombre al trasbordador que logró lanzarse con éxito en 1988.

Se proyectaron diversos tipos de naves espacial, aunque el único prototipo que tuvo éxito y proyección fue el trasbordador del modelo OK-1K1, el Burán original, que resultó muy similar a los Challenger o Discovery de EEUU. El modelo Burán en 1988 logró con éxito realizar la prueba de vuelo no tripulado, con un total de tres horas y 36 minutos en el espacio. Sin embargo, el Muro de Berlín cae en 1989 y la Guerra Fría comienza su fin con la desintegración de la Unión Soviética.

El trasbordador Burán quedó en el hangar, junto con otros prototipos, que ahora cosechan polvo y herrumbre en los edificios ruinosos, esqueletos fantasmas del antiguo poderío científico soviético. Desde 1993 no entró un rublo más para seguir mejorando a estas naves, pensadas para ganar la conquista del espacio.

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