Carola Pérez es una mujer que ha vivido casi toda su vida con dolor. A los 11 años de edad, se cayó desde más de dos metros de altura cuando estaba patinando y se fracturó el coxis. Después de muchas sesiones de rehabilitación, de inyecciones en el hueso y la extirpación del coxis entero cuando ya era mayor de edad, lo que le provocó un dolor crónico neuropático bastante elevado y pasar por quirófano un sinfín de veces, un día decidió probar con el cannabis medicinal. Lo recuerda como si hubiese pasado ayer: se tomó una infusión en un vaso de leche y tuvo una sensación de alivio y de calma, le había dejado de preocupar el dolor.
Carola recibe el tratamiento a través de los vaporizadores o aceites cannábicos, unos administradores que depositan unas gotas de aceite THC debajo de la lengua y alivian los síntomas desagradables. Utensilios como este provienen de las asociaciones cannábicas, lugares donde pacientes como ella acuden para conseguir esta hierba milenaria y así paliar el dolor del cáncer, la epilepsia y otras enfermedades con efectos más agresivos.
Miles de españoles, ya sea solos o acompañados por sus familias, no han podido esperar más y han tomado el camino de paliar algunos efectos físicos y psicológicos de sus enfermedades con cannabis, una planta cuyos efectos terapéuticos están probados, pero que le queda mucho que recorrer para conseguir su regulación.
Una asociación que vela por la regulación de la marihuana con fines terapéuticos es el Obsevatorio Español del Cannabis Medicinal. Entre sus objetivos también está el de dar un empujón a la investigación clínica en el uso terapéutico de esta planta y difundir información científica y solvente para los miles de pacientes españoles que han optado por esta vía.
Lo que es cierto es que cada vez hay más estudios clínicos sobre el cannabis y más países que deciden legalizar el cannabis medicinal. Algunos de estos son Estados Unidos, Canadá, Alemania y Colombia, entre otros. Países que toman esta decisión porque está demostrado que la planta posee propiedades terapéuticas y que en algunos casos tiene beneficios y ayuda a paliar el dolor. Además, los enfermos no utilizan la marihuana para los mismos fines que aquellos que la usan por uso lúdico. Esta planta contiene más de 400 sustancias químicas y solo el tetrahidrocannabinol (THC) es psicoactivo, es decir, produce la embriaguez que buscan los usuarios lúdicos.
Las personas enfermas que utilizan el cannabis como medicina quieren evitar lo máximo que puedan la psicoactividad, pues interfiere en su vida cotidiana y les provoca malestar Si se avanza hacia una legalización del cannabis se tiene que llevar una investigación a fondo y conocer bien sus efectos, pues uno de los principales inconvenientes es que no se conocen con totalidad los efectos que produce en nuestro organismo.