Todos buscamos y aspiramos el éxito, nos cuenta Jhon O’Neill, en su artículo El lado oscuro del éxito. O’Neill, quien fuera Presidente de la Escuela de Profesionales de la Psicología de California, asegura que ha constatado ciertas distorsiones de nuestra definición del éxito y que muchas veces nos cuesta enfrentar las consecuencias de este cambio.
Al conseguir el éxito, una persona tiene una fuerte tendencia a desarrollar conductas arrogantes y de ego inflado, aun cuando siempre deseas creer que el éxito jamás se te subirá a la cabeza si llegas a conseguirlo. Podrías volverte caprichoso, vanidoso, comenzar a hacer oídos sordos a los consejos, a tener una desconexión parcial o absoluta de la realidad, a despreciar el punto de vista de los demás y perder la oportunidad de aprender más profundamente sobre ti mismo.
¿Cómo evitar que esto ocurra?
Jhon O’Neill ofrece algunas claves para mantener vivo el aprendizaje y el crecimiento, lo que implica un compromiso de autoevaluación constante, cuando alcanzas el tan anhelado éxito.
1) Evitar atribuirte la posesión de dones especiales: no creerte infalible o inmune de cometer errores. Todos somos humanos, y los errores son inherentes a nosotros. Además, el error es una muy buena oportunidad para aprender. Edinson, cuando fue abordado por uno reporteros y le preguntaron sobre sus errores y fracasos respondió que él no había tenido fracasos, había encontrado las maneras incorrectas en que sus inventos no funcionaban.
2) No matar al mensajero: cuando rechazas informes adversos a tus expectativas y te aíslas de los demás, restringiendo tu círculo de consejeros, estas preparando el camino para el fracaso.
3) Reconocer la necesidad de protagonismo: si sientes el deber de reafirmar tu ego mediante demostraciones de poder o establecer reglas excesivamente rígidas (que generalmente caen en el absurdo), estas actitudes solo dan muestra de tu necesidad de que los demás se den cuenta de tu importancia, lo que es un síntoma de inseguridad reprimida.
4) Asumir que tus principios morales son superiores: calificar a los demás de malvados, ignorantes o enemigos por no considerar que se hallan en el camino que tú consideras justo, es solo oscuridad disfrazada de bondad.
“El éxito siempre va acompañado por una sombra devastadora. Es necesario, pues, que afrontemos día a día a la sombra, pero si realmente queremos renovarnos también necesitaremos guías, mentores, y en ocasiones, hasta terapeutas. Los verdaderos triunfadores saben cómo hacer ese trabajo.” Jhon O’Neill
Fuente: The Dark Side of Success de Jhon O’Neill.