Matemáticas, geometría, modelos genéticos y tecnología óptica, sería de forma muy básica y somera la explicación de este sistema de reconocimiento facial que Apple incluirá en su modelo estrella. Esperado para finales de octubre, primeros de noviembre próximos, el iPhone X usará una tecnología con patente en el sistema de huellas dactilares de la casa, Touch ID, es por lo que llevará el sobrenombre de Face ID. Su funcionamiento se basaría en las nuevas configuraciones y mejoras de la cámara frontal del iPhone 10 , que se denomina cámara de profundidad real (TrueDepth).
En realidad, esta tecnología está usando algo tan aparentemente sencillo como el “mapa de tu cara”. Gracias a numerosos sensores, objetivos de cámara y un proyector de puntos para elaborar un gráfico detallado de tu rostro, el móvil te reconoce y se “enciende”, se pone a funcionar. Un patrón de seguridad de pantalla infalible, con el proyector de TrueDepth que proyecta de forma discreta unos 30 puntos sobre el rostro cada vez que el usuario mira el móvil. Registra todas sus características y esa cara será la “contraseña” para “abrir” el smartphone.
[Sumario]
“Utilizamos la imagen y el patrón de puntos para que las redes neuronales puedan crear un modelo matemático de tu rostro“, comentó Phil Schiller, responsable de Apple en la presentación del iPhone X. También tranquilizó a los consumidores que no se sientan cómodos con permitir que Apple cree mapas de sus rostros. Aseguró que todos sus datos biométricos nunca serán enviados a los centros tecnológicos o bases de datos de Apple, sino que permanecerán almacenados en el dispositivo, propiedad del usuario.
Este sistema de reconocimiento facial, basado en la tecnología táctil 3D Touch ID, tiene opciones de error bastantes bajas: 1 de cada 1 millón de casos puede fallar y ser desbloqueado por un reconocimiento facial erróneo. Según Schiller, en las pruebas realizadas por Apple, el único temor que condujese al fallo de reconocer al usuario sería en casos muy singulares de personas de la misma familia (gemelos, por ejemplo). Usuarios con patrones en sus rostros tan similares que confundiesen al Face ID.