La Guardia Civil detenía el pasado 10 de febrero a un hombre de 67 años por haber abusado de su hija adoptiva hasta que fue mayor de edad durante más de diez años. Además, se sospecha que pudo abusar de sus sobrinas hace 30 años. Se ha requisado un ordenador en el que podría contener fotos desnudas de las tres cuando eran adolescentes.
Tras varios días detenido, esta mañana era puesto a disposición del Juzgado de Guardia de Santander. La benemérita reaccionaba ante la conversación que se mantuvo con una joven, de 21 años, que admitió los abusos sexuales, sufridos desde los ocho años. Al principio fueron puntuales, pero con el paso del tiempo fueron más continuos y graves. Llegó a haber penetración, pero la niña no dijo nada porque, si lo hacía, “iba a destrozar la familia”. Chantajes como este eran habituales antes y después de los abusos, que afectaron a sus estudios y le provocó que, desde entonces, tenga pesadillas con su padre. Confesó la joven que apenas dormía y que se siente anulada.
Las sobrinas del detenido también sufrieron acoso cuando tenían 13 y 14 años, que tuvieron que someterse a tratamiento psicológico para superar el trauma provocado por su tío. No fueron continuados estos abusos al no vivir en la misma casa que él.
La Guardia Civil recordaba que no hay que guardar silencio ante los abusos, y que hay que aportar todos los datos a la mayor brevedad posible para evitar futuros abusos y acabar con el problema de raíz.
