Pero ese no es sólo el cometido del país, como soberano que es, dice el artículo 1.2. de la Constitución. La Constitución no dice en qué medida es soberano. Tiene que recurrir al Gobierno, que son los que saben cómo manejar esa soberanía.
Pues bien, las funciones de Felipe VI deberían estar más definidas. Porque hace unos días, se entregaron los Premios “¿Qué es un Rey para ti?”. Una iniciativa muy aplaudida, por cierto, y va el Rey y nos dice que ” en la Constitución no todo está escrito”.
Pues escríbanlo, señores. Escriban qué tiene que hacer la Monarquía, qué tiene que hacer el Gobierno y qué tiene que hacer el pueblo.
A lo mejor así, situaciones como la de Cataluña, se hubieran evitado.
Felipe VI como Rey, tiene una serie de responsabilidades con las que no podemos cargar el pueblo. Como máximo representante del Estado, y esto sí lo dice la Constitución, debe asimilar que su trabajo consiste en dar estabilidad al país, para que prospere. Su reinado no puede ser una continuación del reinado de Juan Carlos I, puesto que son generaciones diferentes.
Pediría al Rey Felipe VI, y hoy tengo el día pedigüeño, que luche por las generaciones venideras, porque en ellos está el futuro del país, un país que él conoce muy bien, que sabe transmitir sus inquietudes y sus necesidades.
Sus discursos, algunos hasta graciosos, muestran ese conocimiento, y parece que le cuesta llegar al pueblo.
Ayudémosle entonces. Dejemos que Felipe VI haga su trabajo como Rey, embajador de España en el extranjero, ahora que España está viviendo su faceta más internacional y en España, como representante nuestro ante las altas instancias.
Vivamos un gran reinado. Un reinado de cercanía, comprensión, apoyo, trabajo, esfuerzo, sacrificio. Como le gusta a él. Ver al pueblo moverse, luchar por construir una sociedad más justa, equilibrada y por tanto, próspera. Que España sea un país desarrollado, con el ímpetu y el afán de todos los españoles.
Pero claro, no todo lo va a hacer solo el pueblo. Felipe VI también tiene que poner de su parte. La relación de Felipe VI para con el pueblo español está por ver. No puedo definir todavía esa relación y ello es fruto del hermetismo de la relación pueblo-monarquía.
Todo el mundo que se acerca al Rey dice que es una persona muy “campechana”. A mi que me lo definan, porque hace años una señora para darle un beso se acercó a su cuello y Felipe VI le quitó la mano por la fuerza.
No hay que confundir libertad con libertinaje. Felipe VI sí quiere ser un Rey cercano, a mi entender, pero manteniendo las distancias. Y eso es muy difícil de compaginar.
Así que el binomio pueblo-estado es la asignatura pendiente del Rey. Una asignatura a la que tendrá que aplicarse si quiere aprobar este año.
Como pueblo le invitamos a que lo intente. Verá que la experiencia va a ser más satisfactoria de lo que imagina. Y el precio a pagar no va a ser tan alto. Sólo un poco de sacrificio, y además, como le gusta a él.
