Sandra Barneda y Nagore Robles empezaron su relación en silencio, casi escondidas, al menos, públicamente. Ellas mismas han admitido que no fue fácil. Todos arrastramos prejuicios y por lo que han dejado caer, ellas las primeras. Sandra, una profesional seria dedicada toda su vida a su carrera de la que poco o nada se sabía de su vida personal, Nagore, una mujer que llegó a la tele por medio de un programa y que alguna vez en el pasado cayó en la tentación de vender parte de su vida. No tenían nada en común, al menos a primera vista. Pero el amor es así, caprichoso. Quizás fue eso lo que atrapó a los miles de seguidoras de la pareja.
Al principio de la relación nadie apostaba por la pareja, se habló de interés, de falsa relación, sobre todo las críticas se cebaron con Nagore Robles, que supo solventarlas con respeto y dejando que el tiempo fuera callando bocas.
Se dice que la relación llenó de frescura y de vida a Sandra Barneda, y que maduró la “locura” de Nagore. No tenían nada en común pero se complementaban a la perfección.
Se convirtieron en un referente de la visibilidad lésbica sin apenas darse cuenta y con publicaciones contadas sobre su vida. Han conservado la discreción durante estos más de tres años que ha durado su relación. A día de hoy poca gente sabe que sucedió este verano, si se les acabó el amor, si la convivencia hizo mella en la rutina o si la vida les recordó que los encuentros y desencuentros solo son capítulos y el suyo ya no daba para más.
Sea lo que fuere, solo queda darles las gracias por habernos dejado compartir algunos de esos momentos, por visibilizar el amor por amor, sin género, y desearles que sean felices.
