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La Fiscalía del Tribunaal Supremo asumirá la investigación sobre la construcción del AVE entre la ciudad de Medina y La Meca para comprobar el papel del rey emérito Don Juan Carlos. El papel de la Fiscalía será "delimitar o desccartar" la relevancia penal del exjefe de Estado desde junio de 2014, cuando dejó de ser Rey de España, momento en el que perdió la inviolabilidad penal que le otorga la Constitución.
"Esta investigación se centra, precisamente, en delimitar o descartar la relevancia penal de los hechos que ocurren con posterioridad al mes de junio de 2014, momento en que el Rey Emérito dejó de estar protegido por la inviolabilidad que el artículo 56.3 de la Constitución española reconoce al Jefe del Estado. Resulta preciso, pues, la práctica de nuevas diligencias que afectan directamente al Rey Emérito, quien -como es sabido- se encuentra aforado ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo", es lo que dice el comunicado de la Fiscalía.
El padre de Felipe VI es aforado. Por ello, será investigado por un tribunal especial que tienen los diputados y senadores. La fiscal general del Estado, Dolores Delgado, ha puesto al frente de la investigacicón al fiscal de Sala de Delitos Económicos Juan Ignacio Campos.
La investigación comenzó con unas grabaciones del excomisaario José Maniel Villarejo con la examante del rey emérito Corinna Larsen en las que reconocía que había sido su testaferro en presuntas comisiones ilegales.
El artículo que otorga inviolabilidad al Rey
El título II de la Constitución se centra en el papel de la Corona en el Estado. En ssu primer artícculo, el 56, dice lo siguiente:
1. El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanen- cia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relacio- nes internacionales, especialmente con las naciones de su comuni- dad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las leyes.
2. Su título es el de Rey de España y podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona.
3. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabi- lidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65, 2.
