El expresidente de Cataluña Carles Puigdemont ya no corre peligro de ser detenido. Después de que el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena retirara la euroorden de detención contra Puigdemont y los otro cinco políticos fugados, el líder de JxCAT ha decidido trasladarse de nuevo a Bruselas para dirigir desde allí los pasos del independentismo catalán hasta conseguir la ansiada, y cada vez más desdibujada, República catalana.
Esta noticia la hizo pública el portavoz de JxCAT en el Parlament, Albert Batet. Todo apunta a que regresará a la mansión que ya alquiló hace unos meses en Waterloo, a 20 kilómetros de Bruselas. Esta se convertiría en la sede europea del secesionismo catalán. A pesar de que podría obtener la categoría de "presidente honorífico" y de que los diputados de ERC aceptó que se le tratase como un embajador de Cataluña en Europa, puede que la posición que ocupe el expresidente acarree problemas entre los dos grandes partidos independentistas.
Por lo tanto, Quim Torra podrá ocupar la presidencia del Govern de Cataluña más o menos estable hasta que acabe la legislatura. A pesar de que sea una de las máximas autoridades de Cataluña, tendrá que responder a los deseos y órdenes de Puigdemont, un Puigdemont que, lejos de achantarse, parece que está más "crecido" que nunca después de que la Justicia española no pudiera extraditarle por un delito de alta traición -rebelión en España-.
