El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta Beckmann. Figuras del exilio, la primera ocasión en más de veinte años de contemplar en España una exposición monográfica dedicada a este artista, uno de los más destacados del siglo XX.
Aunque próximo en sus primeras etapas al expresionismo y a la Nueva objetividad, Max Beckmann (Leipzig, 1884 – Nueva York, 1950) desarrolló una pintura personal e independiente, de signo realista pero llena de resonancias simbólicas, que se alzaba como un testimonio vigoroso de la sociedad de su tiempo.
[Sumario]
Comisariada por Tomàs Llorens, la muestra reúne un total de 52 obras procedentes de museos y colecciones de todo el mundo, incluyendo algunas de las piezas más destacadas de su producción.
La exposición está organizada en dos secciones, la primera dedicada a la etapa vivida en Alemania desde los años anteriores a la Primera Guerra Mundial, cuando comienza a ser reconocido públicamente, hasta el ascenso del nazismo en 1933, cuando es destituido de su cargo en la escuela de arte de Fráncfort y se le impide exponer sus obras en público.
Obras del exilio
La segunda parte recorre los años en Ámsterdam (1937-1947) y Estados Unidos (1947-1950), donde vivió tras verse obligado a abandonar Alemania. Esta parte se estructura en torno a cuatro metáforas relacionadas con el exilio, tanto en sentido literal, por su experiencia vital, como figurado, por el significado que tuvo para él como condición existencial del hombre moderno: Máscaras, centrada en la pérdida de identidad que se asocia con la circunstancia del exiliado; Babilonia eléctrica, sobre el vértigo de la ciudad moderna como capital del exilio; El largo adiós, que plantea la equivalencia entre exilio y muerte, y El mar, metáfora del infinito, su seducción y su extrañamiento.
¿Quién fue Beckmann?
Nacido en Leipzig en el seno de una familia de granjeros, comenzó a dibujar a una edad temprana. Su primera exposición fue en 1912, y sus primeros cuadros muestran la influencia de los impresionistas, principalmente de Cezanne.
Max Beckmann sirvió como enfermero voluntario durante la Primera Guerra Mundial, pero fue dado de baja tras sufrir una crisis nerviosa. Sus experiencias en la guerra tuvieron un enorme efecto en su obra posterior y sus cuadros comenzaron a adoptar un estilo oscuro, crudo, satírico, provocativo y dramático.
Durante el régimen nazi, su obra fue considerada "arte degenerado" y Beckamm salió de Alemania para nunca volver. Vivió primero en Ámsterdam y luego en Estados Unidos, donde aceptó un trabajo de profesor de la escuela de arte del Museo de Brooklyn, en Nueva York. Murió en 1950 por un ataque al corazón mientras se dirigía al Museo Metropolitano para asistir a una exposición de su obra.